Alejandro Astesiano, ex jefe de custodia presidencial formalizado por asociación para delinquir, realizaba estas labores ilegales “en las narices de todos los integrantes del Gobierno y nadie se dio cuenta”. Preguntó ante los jerarcas quiénes son los directores del Ministerio del Interior con quien gestionaba los pasaportes que vendió a ciudadanos rusos.
La base de datos de identificación civil era accesible al exjefe de la seguridad presidencial, Alejandro Astesiano. Los servicios de seguridad de otros países remitían información al exjefe de custodia presidencial. Podía solicitar los planos arquitectónicos de la Torre Ejecutiva. O de la Residencia de Suárez y Reyes.
Estuvo en posición de sabotear activos estratégicos del Estado o de países extranjeros. “¿Se imaginan lo que pensarán de nosotros esos países luego de enterarse de que tuvieron que coordinar la seguridad de sus mandatarios con un delincuente que le proveía pasaportes al crimen organizado?”, reprochó el senador frentista Alejandro Sánchez ante el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y el secretario de Inteligencia, Álvaro Garcé.
Planos y localizaciones de estructuras críticas, planes contingencias ante desastres, ataques o accidentes de esas infraestructuras estaban al alcance de Astesiano. “¿Se dan cuenta de las cosas que hemos puesto en riesgo?”, subrayó el senador convocante.
El Gobierno no protegió a la república al ubicar a Astesiano en un lugar de privilegio, ni a la ciudadanía al darle a Astesiano acceso a la información policial, actuó con negligencia y no supo cumplir con la responsabilidad de proteger a todos, porque se instaló en el seno del Gobierno un delincuente que tomaba café en el cuarto piso de Torre Ejecutiva mientras las autoridades no sabían lo que pasaba, criticó.