Una nueva ola de ataques sangrientos contra mujeres elevó la cantidad de femicidios en este año a 30 hasta este miércoles 7, cinco más que en 2021, además de otras agresiones crueles que dejaron a las víctimas muy cerca de la muerte, realidad que se agrava porque “no existe un sistema de políticas públicas de calidad que dé respuesta a las situaciones de violencia”, reclamó Valeria Caggiano, de Intersocial Feminista, en Menú Informativo.
Caggiano señaló que “la situación de estas últimas horas no hace más que confirmar una tendencia que a lo largo de 2022 viene consolidándose al alza en relación a las estadísticas, el nivel de violencia, la crueldad que se ejerce sobre la vida de las mujeres por varones que se creen sus dueños”.
La militante feminista apuntó como facilitador de ello hacia “la falta de respuestas institucionales adecuadas para combatir en serio la violencia hacia las mujeres, niñas y adolescentes en todo el territorio del país”.
“Este tipo de situaciones vienen cada vez más rodeadas de niveles de violencia, de crueldad, de una intención demostrada de infringir daño, eso se traduce en los apuñalamientos numerosos, los intentos de prenderlas fuego como en el Departamento de Cerro Largo hace algunas horas”.
“También los asesinatos de niños y niñas vinculados a las mujeres, ya sean niños y niñas que fallecieron junto a sus mamás o la violencia vicaria como un fenómeno que también se está instalando en el país como mecanismo de infringir daño sobre las mujeres a partir del asesinato de niños y niñas”.
Desde la Intersocial Feminista y a partir de 2018 vienen “planteando de forma recurrente que la no implementación de la Ley 19580 a cabalidad, en toda su extensión”, facilita esos crímenes; así, en los hechos “no existe un sistema de políticas públicas de calidad que dé respuesta a las situaciones de violencia, haya una política de prevención” y una respuesta “de calidad, integral, en la que se articulen todos los servicios y recursos necesarios”.
Debe orientarse a que “las mujeres puedan reconocer la situación en que están” y a generar “estrategias de salida”; a esto se agrega “las dificultades” persistentes de “acceso a la justicia” y las “fuertes inequidades territoriales” ya que “no es lo mismo lo que pasa en las capitales departamentales que en segundas, terceras, cuartas, quintas localidades, ni que hablar si pensamos en el ámbito rural; este tema es transversal a todo el territorio nacional, a todas las situaciones y perfiles socioeconómicos y socioeducativos”.
En definitiva, resumió Caggiano, “hay un sistema de respuesta muy frágil, y no está habiendo cambios institucionales fuertes y serios que la Ley 19580 sí establece y ordena, que todo el Estado debe tener una actitud activa en relación a transformar las relaciones con las mujeres, el combate a los estereotipos de género, y promover una cultura libre de violencia; (…) en ese plano, la instrumentación de la Ley es bastante residual” debido a que “no ha sido una norma que se haya instrumentado a cabalidad desde que fue aprobada a fines de 2017 y reglamentada a inicios de 2018”.