La resolución del Ministerio de Educación y Cultura da por finalizadas las actividades del Club de Bochas Bagé y no tomó en consideración las actividades vinculadas a la olla popular que mantienen desde 2020.
Insólita situación en un club del área metropolitana de Montevideo. Desde 2015 se quedó sin presidenta ni papeles importantes y los trabajadores que atendían la cantina estaban en negro. Fueron ellos, indica la nieta de uno de ellos, quienes impulsaban la conformación de grupos de vecinos para que se hagan cargo del club ya que ellos no podían hacerlo debido a que eran trabajadores, relató a Caras & Caretas este sábado 16.
La olla popular comienza el 20 de marzo de 2020 a impulso del abuelo de Camila, la entrevistada, sin otra ayuda más que los vecinos. Abrían lunes, miércoles y viernes, para elaborar alimentos para 30 personas. Llegaron a cocinar 360 por día en plena pandemia.
Los denunciaron al poco tiempo porque el merendero se llamaba “20 de Mayo”, el día de la fundación del Bagé, pero lo vincularon con la fecha histórica de la Marcha del Silencio. A partir de 2021 comenzaron los intentos por “regularizar” al club. El MEC resolvió cancelar la personería jurídica por seis meses, intervenir al club y llamar a elecciones. Debían pagar 36.000 pesos al interventor.
Sin personería, quien podía llamar a elecciones era la intervención, pero entre dimes y diretes, la olla popular continuó abierta, sostiene Camila. Acusaron a su abuelo de hacer usufructo de la cantina, cuando hacía años trabajaba en negro.
La olla sigue funcionando, hay eventos cada Día del Niño y en las fiestas de fin de año, se organizan talleres, armaron una biblioteca a partir de donaciones de libros, entregan ropa en invierno, había un proyecto de gimnasio. Sin embargo, la interventora está impulsando el cierre del club, finaliza el artículo de Caras & Caretas.