El exconsejero de Primaria observó que las actuales autoridades de la enseñanza se mueven con “una prudencia muy valiosa” que se encamina a “reconstruir espacios de diálogo”.
El exconsejero de Primaria, Héctor Florit, señaló que la gestión del colorado Robert Silva al frente de la ANEP en el periodo pasado estuvo “muy marcada por las conductas directivas e impuestas”, también por decisiones “de perseguir a profesores” y de establecer sanciones a maestros “que pautaron un clima de escasa participación” y hasta de “temor” en muchos casos.
“Una gestión que comienza con el apoyo a la exclusión de los maestros del gobierno de la educación, contradice una reivindicación histórica de la FUM [Federación Uruguaya de Magisterio] desde el año 45”, subrayó Florit en diálogo con Nada que perder, en referencia a la eliminación de la participación de los docentes en la gobernanza de cada nivel educativo definida en el periodo pasado.
Asimismo, Florit indicó que se tomaron decisiones que deberían haber tenido otro mecanismo de tramitación, como los cambios curriculares que incorporaron los aprendizajes por competencias “con un ritmo y una falta de consideración” de las opiniones de las ATD (Asambleas Técnico Docentes) y de los sindicatos. Esto generó “un clima de malestar que aún hoy se padece”, sostuvo Florit.
En este contexto, observó que por parte de las actuales autoridades de la enseñanza “hay una prudencia muy valiosa” que se encamina a “reconstruir espacios de diálogo”, a partir de los cuales se podrán revisar las propuestas curriculares y programáticas. Para Florit, en otras áreas, como la extensión del tiempo pedagógico o el programa maestros comunitarios, la gestión de Silva en Primaria “no tuvo novedad”.
La actual discusión presupuestaria
Consultado por los recursos asignados a la ANEP en el proyecto de ley de Presupuesto que se discute en el Senado, Florit sostuvo que, pese a las restricciones fiscales, “las prioridades están bien”, aunque planteó reparos sobre algunos criterios de distribución.
Florit destacó que “la prioridad de atender la alimentación y la educación media está bien” y valoró la inclusión del Bono Escolar, pero con matices. “La universalidad de ese bono no se justifica”, advirtió al señalar que el 20% de los hogares con mayores ingresos “no tiene la necesidad de una transferencia de dinero más allá del valor que tienen las políticas universales”.
En cuanto a las becas destinadas a estudiantes de Educación Media, expresó que “hay que incentivarlas” y subrayó la importancia de vincular esas transferencias a la asistencia regular: “No puede haber transferencia sin contrapartida de asiduidad”, afirmó. Sobre este punto, explicó que según datos de 2024 sigue habiendo una gran brecha entre la asistencia de los estudiantes de mejores contextos -en promedio más de 160 días de clase- y los del quintil que no llegan a 150.