Según Manzoni, la posición de Uruguay es "dar prioridad a la adaptación", dado que una segunda transición energética, principalmente en el área de transporte, es “muy difícil”
El lunes pasado comenzó oficialmente la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático -más conocida como la COP30-, en Belém, Brasil, tras un fin de semana en el que 50 jefes de Estado se reunieron en la previa llamada Cumbre de Líderes de Belém. En ese marco, más de 190 países discutirán la hoja de ruta para financiar la conservación y la transición energética.
En entrevista con Nada que Perder, el periodista especializado en clima y ambiente, Maximiliano Manzoni, explicó desde Belém que se trata de un evento anual, cúlmine de un año de negociación entre las delegaciones de los 190 países que integran la ONU. “Todas las decisiones se toman con consenso absoluto y todos los países deben estar de acuerdo”, especificó.
Uno de los principales temas de discusión es la transición energética, junto a la deforestación y las sequías. “Los países tienen como compromiso cada cinco años presentar sus planes climáticos para reducir el uso de combustibles fósiles y la deforestación, pero también para adaptarse a olas de calor e incendios”, expresó.
Sin embargo, aún con esos planes actualizados persiste una “brecha considerable” entre el compromiso de los países y lo necesario para alcanzar lo que establece el Acuerdo de París de 2015, que busca limitar el aumento de la temperatura global en 2ºC como máximo. “Aún con los compromisos actualizados, se sobrepasa la barrera de 2º. Esto significa que grandes partes de los países van a estar afectados por mareas más altas y que el dengue va a ser más endémico”, vaticinó Manzoni.
“Hay que tener en cuenta que vamos en la dirección correcta, pero a la velocidad errada”, aseveró el entrevistado. Sobre ello, consideró que el Acuerdo de París significó un “antes y un después” y ha reducido los “peores escenarios de la crisis climática”, pero uno de los elementos centrales para llevar a cabo las políticas acordadas es el financiamiento y el dinero necesario para la adaptación, un reclamo de los países que participan de la COP30.
En cuanto a la postura de Uruguay en la temática y el rol que tiene en la COP30, Manzoni destacó que la posición del país es dar prioridad a la adaptación, dado que una segunda transición energética y la descarbonización, principalmente en el área de transporte, es “muy difícil”, porque el Estado uruguayo “depende de la fiscalidad y de los costos de los combustibles fósiles”.
“Uruguay pasa a tener un rol relevante en la cumbre climática”, ya que es el país que lidera las negociaciones de los países del grupo que comparte con Brasil -Mercosur y Ecuador-, mientras el país anfitrión está abocado a las negociaciones globales de los 190 países, manifestó el periodista.