Con gobiernos cerrados y fanáticos que creen tener la verdad absoluta en todo difícilmente se abra la tranquera para discutir políticas de Estado

Expresidente José Mujica (Foto: Santiago Mazzarovich / Adhocfotos)

En su espacio de reflexiones en M24 el expresidente José Mujica retomó el tema de la reforma previsional que impulsa el gobierno y abogó por crear un proyecto de desarrollo nacional compartido por todos los sectores de la sociedad a fin de generar los recursos que solventen a la seguridad social.

Mujica recordó lo dicho por él este viernes 11 en el sentido de que “por los costos políticos y por otras yerbas, no creemos que las reformas que se puedan hacer solucionen de raíz el problema” de sostenibilidad financiera del sistema de seguridad social con centro en el pago mensual futuro de las jubilaciones y pensiones, “porque intentarlo significaría un costo social enorme y ello seguramente afectaría enormemente las ecuaciones políticas y sociales y por lo tanto no creo que globalmente el sistema político esté dispuesto a pagar ese costo, por las características que tiene el Uruguay”.

Y “si este razonamiento fuera correcto, hay que pensar que la política de subsidios, poco más o poco menos, se va mantener en el tiempo” y con esto “el problema de fondo” pasa a ser “cómo hacemos crecer la economía para que existan más medios para poder repartir”; en esa dirección, graficó, “una economía flaca no va a poder aportar lo que se necesita, hay que agrandar el tamaño de la frazada y esta es la verdadera discusión (...) y para ello” en la columna anterior “señalamos esquemáticamente cuatro rumbos”, apuntó.

En la discusión de esos rumbos y su definición “tiene que participar mucha gente porque hay muchos intereses”, y con vistas a su implementación “cualquier fenómeno de desarrollo necesita gerenciación, y esto, que no gusta mucho como concepto en nuestras tiendas, está representado en nuestra sociedad por eso que podemos llamar burguesía nacional; raquítica, con defectos, todo lo que se quiera, pero que vive acorralada disparando hacia el rentismo porque el espacio creciente de las empresas multinacionales no le deja lugar y entonces compra unos apartamentos, compra bonos, pero no emprende; y creo que el Estado y esta burguesía tienen que concitar una política de alianza para que esto sea posible, porque un proceso de esa naturaleza hay que gerenciarlo”, recalcó Mujica.

Sin la participación "de vastos sectores, particularmente de la pequeña burguesía, tan acorralada y golpeada, no va a haber capacidad de gerenciación de un fenómeno de expansión de la economía productiva real del país; y esto significa agrandar mucho la mollera porque esto es una cuestión de etapa, y es el gran desafío que tiene América Latina”, explicó.

Una apuesta nacional con este carácter y proyección en el tiempo “implica una atmósfera social y política que lo haga posible: con gobiernos cerrados, que creen que tienen la verdad absoluta en todo, difícilmente se pueda abrir la tranquera para una discusión de una política que tenga algunos ejes de políticas de Estado”.

El exmandatario remarcó que “es imposible con atmósferas de fanatismo intentar una racionalidad que englobe a una Nación entera en un esfuerzo hacia el futuro, y esta falta de unidad nos está carcomiendo en toda nuestra América Latina; unidad no quiere decir pensar lo mismo” sino “poder desembocar en algunas líneas centrales que nos sirvan como guía para muchos años".

"Este no es un problema ni de izquierda ni de centro ni de derecha, es un problema de todos, porque los que queremos repartir más, y más a favor de los más sumergidos, tenemos que entender que tiene que haber para poder repartir; y por otro lado, los que creen que dejando todo que flote por sí mismo, con una aparente exégesis de la libertad, en realidad propenden a un fenómeno de concentración de la riqueza fabulosa, que en el caso de América Latina, por desgracia, se escapa de la reinversión adentro y se va para otros lugares”, con lo cual “estamos haciendo el papel de la pavota; por lo tanto, necesitamos desmontarnos de prejuicios”, indicó.

Es así que “hoy el drama de América Latina es cómo ocupamos el escalón de los países desarrollados, con un ingreso que debe ser promedialmente dos, tres veces el del PBI que tenemos hoy; no será condición para tocar el cielo con la mano, pero será un escalón para nosotros imprescindible”.

Entonces, para transitar ese camino de desarrollo “la política tiene mucho que ver” y “si tú, gobierno, eres fanático y te cierras, no puedes esperar que te contesten con dulzura, y se nos crea una atmósfera de grieta estúpida e inútil, que para lo único que sirve es para remachar el atraso y en definitiva, para que los de más arriba, que están en el área desarrollada” del mundo, “sigan teniendo un comercio mucho más favorable en términos de rentabilidad que el que podemos tener nosotros; he aquí la importancia de la inteligencia y de una atmósfera que permitiera estas discusiones”, anotó.

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