“Las relaciones laborales tienen la particularidad de ser una construcción de tres partes y si una no es involucrada en la discusión se va a poner de punta”, advirtió el exdirector del Instituto de Relaciones Laborales de la Universidad Católica, Juan Manuel Rodríguez, quien alertó en INFO24 que si desde el gobierno “se quiere mantener la idea del discurso único les va a ir muy mal porque van a tener una elevada conflictividad” a partir de 2022.
Rodríguez admitió que “pese a estar muchos años en esto” de investigar las relaciones laborales “lo que veo hoy me asombra”; por ejemplo, “cuando uno escucha” a ministros del Poder Ejecutivo “decir que hay ´un trancazo´, que se quiere ´trancar al gobierno´” por algunos paros, “parecería que el nivel de enfrentamientos y de medidas es absolutamente desmesurado” respecto “de lo que es normal”, pero “lo objetivo es totalmente distinto”.
En ese sentido subrayó que “en primer lugar la conflictividad en este año 2021 creció respecto al año pasado” y esto supone una “cosa absolutamente obvia porque el año pasado no podíamos salir a la calle, (…) no podía haber reuniones, no hubo actividades, no podía haber funcionamiento de los sindicatos (…)”; en definitiva “no podía haber conflictividad”, anotó.
Después explicó que “si uno toma” como referencia “la conflictividad de los distintos quinquenios de este siglo”, ve que “en los dos años” de este gobierno “hay menos conflictividad relativa que en los cinco años de los cuatro gobiernos anteriores, incluido el de Jorge Batlle (…); y si uno toma el segundo año de cada una de estas cinco administraciones” desde marzo del año 2000 hasta el presente, “la conflictividad del ´21, el segundo año de este gobierno, es menor que el segundo año de todas las administraciones previas; entonces hablar de que ´hay un trancazo´ porque hubo un paro en ANCAP no tiene mucho fundamento objetivo; yo particularmente tengo la sensación de que el movimiento sindical ha tenido una prudencia enorme”, al punto de que la negociación colectiva acumula tres años, desde el 2019, arrojando pérdidas netas de salario real derivadas de “convenios puente”.
En este contexto perjudicial para la clase trabajadora “la única promesa que hace el gobierno es que va a terminar la administración, estamos hablando del año 2024, con el mismo nivel de salario real que en el ´19, una promesa que no está escrita en ningún convenio, es una promesa; pero si durante los cinco años el salario real cayó, esa caída está perdida, no se recupera; (…) y sin embargo, la mayoría de los Consejos de Salarios que estuvieron negociando aceptaron bastante la fórmula del gobierno”, de caída salarial.
No obstante y simultáneamente, recordó, “que el movimiento sindical tome medidas para defender sus intereses es algo normal, absolutamente normal, no entenderlo es no conocer el movimiento sindical ni el movimiento empresarial en Uruguay; uno tiene distintas hipótesis de por qué se crea este clima: creo que la más benévola es desconocimiento, no se conoce la historia, no se conoce la idiosincrasia del movimiento sindical”, cuestionó.
Sobre la otra hipótesis, prosiguió Rodríguez, “es posible que exista de parte del gobierno” la pretensión de “mantener el estilo de comunicación que conformó durante la pandemia, particularmente en el año 2020”, cuando “a veces todos los días, a veces dos por semana, a veces tres, hablaba el gobierno en parte de la pandemia y luego de política, siempre denostaba toda la ´herencia maldita´ del Frente Amplio (…), también hablaba contra el movimiento sindical y era la única voz; ahora, pretender seguir siendo la única voz cuando ya no hay tanta pandemia y cuando hay libertades, es no entender nada, es realmente no entender nada; el movimiento sindical, ni los empresarios, van a aceptar que el gobierno defina” en solitario “el modelo de relaciones laborales porque no lo hizo nunca” ningún gobierno “en la historia” del país; “las relaciones laborales tienen una particularidad y es que son una construcción de tres partes: gobierno, trabajadores y empresarios, y si una parte no es involucrada en la discusión se va a poner de punta, esto ha pasado siempre en la historia; si se quiere mantener la idea del discurso único les va a ir muy mal, les va a ir muy mal porque van a tener una elevada conflictividad, que es lo que ha pasado siempre”, alertó.
Criticó en el conflicto en ANCAP “una intransigencia del consejo directivo de ANCAP” y advirtió que con “esta intransigencia, si la mantienen en muchos lados, van a tener situaciones similares”; estimó que en el 2022 “la conflictividad” será “muy superior a la actual” dado que “el gobierno ya tomó varias decisiones que postergó” sobre su programa y el motivo de esto “lo ha dicho claramente el doctor (Julio María) Sanguinetti: ´hay cosas que no se pueden hacer si tienen costos políticos, entonces dejémoslas para después del plebiscito´, con esto violando incluso decisiones de la LUC que debían aplicarlas legalmente; entonces se suspendieron los aumentos del combustible, se prorrogó (…) la reforma de la seguridad social (…) y van a venir otras transformaciones, como seguramente la ´Ley de Medios´, como seguramente la cárcel domiciliaria para quienes cometieron delitos de Lesa Humanidad; y si a esto le sumamos que hay una nueva caída del salario, vamos a tener elementos tanto de corto plazo como estructurales en donde el movimiento sindical tiene postura desde hace muchas décadas”, recordó; de ahí que “claramente se abre un periodo de conflictividad casi inevitable, (…) así ha pasado en la historia” y por lo tanto “desconocer lo que son las relaciones laborales, que siempre es una construcción social (…), siempre se da con participación de los sectores, si no participan hay conflicto”.