Dentro del sistema penitenciario, el aula es el lugar donde los reclusos “no sienten que están privados de libertad”, relató Martini.
El Programa Nacional de Educación en Cárceles del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) avanza en los distintos centros carcelarios como una prioridad del gobierno nacional. En Uruguay, actualmente, hay aproximadamente 16.000 personas privadas de libertad y la tasa de reincidencia muestra que el 70% de personas que egresan del sistema carcelario vuelven a ingresar.
El periodista Diego Martini, en su espacio Desde Adentro para Nada que Perder, recordó que en las cárceles uruguayas aún hay un alto nivel de analfabetismo, pese a que en los últimos años se ha logrado revertir una parte. Días atrás, el director de Educación del MEC, Gabriel Quirici, dijo a la prensa que el Programa Nacional de Educación en Cárceles es “una prioridad” del gobierno y subrayó la importancia que tiene la alfabetización en cárceles.
“Cuando empezamos en marzo, la prioridad estaba dentro del Ministerio del Interior, y se planteó pasar esta prioridad de alfabetización en cárceles al MEC”, agregó Quirichi.
Martini se contactó con la maestra Silvina Viera, que es coordinadora del programa presentado por el MEC, quien destacó que hay una dimensión destinada a la formación del personal policial y civil que trabaja en el INR y que otra dimensión se enfoca en educar a las personas privadas de libertad, que está gestionado por el Programa Educación y Cultura (PEC) del INR.
“El PEC releva la demanda educativa y crea con las instituciones educativas la oferta y la flexibilización de los formatos educativos para el contexto de privación de libertad”, explicó Viera. Agregó que el PEC funciona a nivel central, coordinando, articulando y acompañando a las instituciones educativas en su trabajo en las cárceles. A su vez, Viera mencionó que una “gran meta” trazada es que se reconozca a la educación en cárceles como un trabajo específico y con las características particulares que tiene, desde el punto de vista pedagógico y didáctico.
Quienes han formado parte del programa y han participado del proceso de enseñanza en cárceles, manifestaron a Martini que el aula, dentro del sistema penitenciario, es el lugar donde los reclusos donde “no sienten que estén privados de libertad”. “Casi todas las actividades que llevan a cabo en la cárcel hacen que ellos sientan que son presos, con todo lo que ello conlleva”, explicó el periodista.
En conversación con Martini, la diputada frenteamplista Gabriela Barrera valoró la importancia de educar a las personas privadas de libertad. “Si no logramos que los presos salgan adelante, nosotros como sociedad nos vamos a ver perjudicados”, subrayó la representante. En tal sentido, consideró que es “fundamental” mejorar la perspectiva de los presos para cuando recuperen su libertad y se inserten en la sociedad.
Por su parte, la integrante del colectivo Familias Presentes, Gabriela Rodríguez, manifestó a Martini que las personas presas deben tener acceso al estudio y a actividades culturales, además de la posibilidad de terminar el liceo o cursar la educación media en prisión.
“Es fundamental que aprendan habilidades vinculadas a oficios, porque son herramientas que les brindan oportunidades y es tiempo de compartir y de estar aprendiendo entre pares, fuera de la celda, ocupando el tiempo y la cabeza”, concluyó.