Apología a la dictadura en cantos de militares durante ejercicios por las calles de Treinta y Tres

Cuartel del Batallón de Infantería nº.10 de Treinta y Tres. Foto: Facebook del Batallón nº10.
Cuartel del Batallón de Infantería nº.10 de Treinta y Tres. Foto: Facebook del Batallón nº10.

Como en la película “Full Metal Jacket” de Stanley Kubrick, los cantos durante los ejercicios por las calles de Treinta y Tres que soldados del Batallón nº.10 entonaron el 3 de enero a las 08:30 horas incluyeron menciones “a favor de los cuatro soldados muertos el 18 de mayo” de 1972 y “alusiones al enemigo”. Frente al cuartel está la placa en memoria de Luis Batalla, el primer asesinado durante torturas un año antes del golpe de Estado. Los militares fueron sancionados.

La corrida matutina por la calle Ramón Ortíz llamó la atención del abogado Darío Madeiro que, según publicó La Diaria este 4 de marzo, describía en su canto alusiones al “enemigo” y un alegato a favor de “los cuatro solados muertos el 18 de mayo”. Se referían a la guardia del comandante en jefe del Ejército en 1972, el general Florencio Gravina, cuatro solados que cayeron por un atentado del MLN-Tupamaros.

El incidente motivó el pedido de información pública de Madeiro al Ministerio de Defensa Nacional, que respondió el subdirector general de secretaría de esa cartera, Cipriano Goñi. “En el Ejército Nacional se regula la entonación de cantos militares durante el desarrollo de actividades de entrenamientos físicos y marchas, por la Directiva Particular N° 37-26 de fecha 15 de abril de 2021, del Señor Comandante en Jefe del Ejército”, dice el documento, que añade: “no existe un reglamento en cuanto a la entonación de los cantos militares, por lo que estos se basan muchas veces en la improvisación”.

Pero “la entonación de los diferentes cantos militares no puede incurrir en desavenencias de orden público, de género, racial, religioso y/o ideológico de ningún tipo”, asegura el informe. En ese documento se asegura que en la fecha consultada el oficial que encabezó la actividad de educación física militar “decidió entonar un canto” cuyo objetivo era “incentivar el espíritu militar y mantener el ritmo durante la actividad” por la cual no le atribuyen “ningún tipo de intencionalidad al canto entonado”.

Este canto refiere al 18 de mayo de 1972, cuando los soldados que realizaban guardia frente al domicilio del comandante en jefe del Ejército de aquellos años, Florencio Gravina, fallecieron por los disparos de un comando tupamaro.

Por otra parte, en el cuartel de Treinta y Tres se ubica una Placa de la Memoria que rememora el asesinato de Luis “Nucho” Batalla el 24 de mayo de 1972 por torturas en ese establecimiento militar. Sería el primer homicidio bajo interrogatorio ilegal de ese período, declarado como tal por el parte médico independiente que el edil del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Francisco Laxalte, y el diputado de esa misma fuerza política fundadora del Frente Amplio, Daniel Sosa Díaz, efectuaron para develar que el parte médico militar fue fraguado para aparentar muerte por motivos cardíacos.

En la película “Full Metal Jacket” (Stanley Kubric, 1987), el sargento Hartman acompaña a un pelotón en su instrucción con cantos para incentivar el espíritu del grupo en el marco de la guerra de Vietnam, con insultos dirigidos al líder del Vietcong, Ho Chi-Minh. Según el filósofo Slavoj Zizek, que analizó este film, la disciplina militar va más allá de la idea simple de obedecer sin reflejo, sino que los “cantos militares” son el componente más íntimo de la disciplina que, sin él, dejaría de funcionar. Y marcó al personaje del instructor monta un espectáculo “para sobornarlos con porciones de goce” que funciona como “aglutinador”.

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