Apuntes del discurso del Presidente ante la Asamblea General

Soc. Eduardo Bottinelli

El presidente Luis Lacalle se presentó el sábado 2 de marzo ante la Asamblea General para brindar una suerte de rendición de cuentas de lo actuado por el gobierno en la última disponible para dirigirse en este formato a la ciudadanía y a la Asamblea General. Se trata de una especie de Ritual que el presidente realiza y que en esta oportunidad y coincidiendo con el año electoral, aprovechó para enviar muchos mensajes,  básicamente de reconocimiento a la gestión y logros alcanzados.

También hizo una fuerte defensa de la coalición en su funcionamiento y en algunos logros y también  aprovechó la instancia en año electoral para enviar algunos mensajes vinculados al cuidado de la democracia y en el cierre al fomento de la tolerancia.

Reiteró su frase de siempre: “Firme con las ideas, suave con las personas” y si bien se trata de un mensaje genérico, este debería ser recogido por oficialismo y oposición a juzgar por lo
que ha sido este vínculo. Como dijo, si bien la sangre no llega al río, hay formas y formas que cuidar.

Los puntos destacable del discurso fueron la reivindicación fuerte de algunas políticas y en especial la LUC, el concepto de “vivir en paz”, el tema de la vivienda, la salud, el Ambiente, la Educación, Empleo, Mercados y Seguridad Social.

El propio presidente se encargó de enumerar cuáles fueron las ideas fuerza de su discurso:
Fuerte crecimiento del empleo; Avance de reformas; más recursos volcados a la sociedad; el menor riesgo país de la historia; la baja de impuestos, el cumplimiento de las metas fiscales y la inflación más baja en los últimos 18 años.

Dentro de lo que no mencionó, llamó  la atención que nombró a Robert Silva, a Gabriel Gurméndez, a Tabaré Viera y también a Pablo Mieres. Sin embargo no nombró a nadie de Cabildo Abierto.

Faltó también, como era esperable, las referencias a problemas y a los escándalos que movieron la agenda mediática y política (Astesiano, Marset, Salto Grande). No hubo autocrítica en temas de seguridad.

El discurso en sí, como suele hacer, pasa de grandes políticas a pequeños acontecimientos,
generalmente adornados con anécdotas personales o de personas que le escriben.

Como conceptos centrales de su intervención está la libertad, la responsabilidad y la mención a que todo lo que se hizo son logros históricos.

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