El país sudamericano ingresó al listado de los 10 mayores exportadores de este recurso, del cual posee reservas por 21 millones de toneladas.
La apuesta del Gobierno de Luis Arce para la industrialización del litio comenzó a dar frutos. Gracias a la planta piloto ubicada en la salar de Uyuni, Bolivia exportó 1.019 toneladas de carbonato de litio.
44% de las ventas tuvo como destino Rusia, 40% China y EEUU el 16% restante.
En total, el país sudamericano recibió 10 millones de dólares pero se espera que la cifra sea ampliamente superada hacia finales de 2022. Esto porque el precio de litio aumentó en 400% entre junio del año pasado y el mismo mes de este año, llegando a los 70.000 dólares la tonelada métrica.
En lo que va del año, Bolivia extrajo 442 toneladas por un costo de 23,5 millones.
El litio “le está dando y le dará muchos ingresos a Bolivia”, remarcó el ingeniero Ricardo Cardona, integrante del Comité de Defensa del Patrimonio Nacional.
La producción actual proviene de la planta piloto, pero para 2023 se espera que comience a funcionar el complejo industrial de Yacimientos de Litio Boliviano (YLB) en Llipi, junto al salar de Uyuni.
“Si calculamos los ingresos con 200.000 toneladas, entre 2025 y 2030 habrá ingresos por 20.000 millones de dólares. Es un dinero demasiado grande en manos del Estado boliviano, es decir del pueblo”, señaló el entrevistado.
Bolivia integra el llamado Triángulo del Litio junto a Argentina, que cuenta reservas por 19 millones, y Chile con 9 millones.
Para Cardona, la integración es fundamental tanto para la explotación como para la venta. En tal sentido consideró que se debe pensar en una “Celac de litio”, donde participen los productores y los consumidores, refiriéndose a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.
