Brian Finnegan, dirigente de la central sindical estadounidense: el marco legal para sindicalizar en EEUU es horrible, entre los peores del mundo

Entrevistado en InterCambio el sindicalista estadounidense Brian Finnegan, dirigente de la central nacional AFL-CIO, habló del presente del movimiento sindical en Estados Unidos (EEUU) y ejemplificó las duras condiciones sociales y legales que padecen los trabajadores del país.

La AFL-CIO nuclea actualmente a “55 sindicatos” tanto “del sector privado” como del “público”, representa “a 12 millones y medio de trabajadores” y “con los cambios en el mundo del trabajo hemos tenido cada vez más presencia en servicios” y en “el sector público”.

Finnegan explicó que “el marco legal para sindicalizar en EEUU es horrible, entre los peores del mundo y las Américas”. Reivindicó que “tenemos una historia con mucha sangre, con mucha lucha, con mucha violencia”, expresiones de la lucha de clases que allí quedaron atrás, mientras que hoy día lo que enfrentan son “muchas trabas y problemas” legales acerca de “cómo se hace un sindicato”. No puede formarse un sindicato si no lo integra al menos el “50%” de la plantilla de la empresa.

“Las empresas desde hace 40 años tienen” cada vez “más programas” destinados a “evitar la presencia de un sindicato”, y en esa dirección actúan apoyadas en “un discurso antisindical que según los convenios de la OIT sería una violación de la libertad de asociación”.

También es creciente la “tendencia a definir al trabajador” como “no empleado” dependiente de la empresa sino como “contratista” que vende en solitario su fuerza de trabajo, su conocimiento específico y su saber hacer determinado. Así, se establecen diferentes formas de “outsource”.

Además, informó el dirigente, “no hay ni un día de licencia para un trabajador en EEUU por ley, ni un día” si no pertenece a un sindicato, así como “no hay licencia por maternidad ni licencia por paternidad. No hay indemnización” y tampoco “licencia por enfermedad”. Entonces, “si usted no tiene un sindicato para negociar, no existe la ley” para el asalariado.

Luego contó avatares de los intereses de los trabajadores relacionados a las mayorías legislativas en el Congreso. Explicó también las formas de cooperación con colectivos de trabajadores inmigrantes, por ejemplo latinoamericanos, para minimizar la desprotección de estos mediante conquistas parciales y su representación por parte de la federación nacional.

Después, Finnegan describió algunas diferencias geográficas en el país en cuanto a las posibilidades de defender los derechos conforme a la tradición e historia de cada Estado de la Unión, y también las diferencias según la orientación más progresista o conservadora del gobierno de cada Estado.

“En el sur tenemos los promedios más bajos de sindicalización” como consecuencia histórica de ser una zona “súper racista”, tanto que “las empresas europeas” que llegan a invertir “no van al norte, van al sur”. En cuanto a la tasa de sindicalización actual según los dos grandes sectores de la economía, en el público es 17% de los trabajadores y en el privado, 7%.

Entre los Estados, todavía “tenemos algunos como Nueva York y California con altos porcentaje” de sindicalización “porque hay una cultura” que lo mantiene vigente y también porque allí persiste una cierta “actuación política” que genera “condiciones mínimas” de defensa.

Evocó que entre los años ´30 y los ´70, “el Partido Demócrata” asumía en términos generales la defensa de los sindicatos, pero desde “los años ´80” eso dejó de suceder en la medida en que ambos partidos mayores fueron cooptados y dominados del todo por las empresas mediante donaciones.

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