La última revisión de las proyecciones fiscales incluyó el incumplimiento de dos de los tres pilares de la “regla fiscal”: el tope de endeudamiento y del gasto primario. Un economista advirtió que la magnitud del deterioro es mayor al estimado meses atrás y agregó que va a condicionar al próximo gobierno.
La columna del economista Nicolás Cichevski para el diario El País, publicada este lunes 8, analizó el incumplimiento de dos de los tres pilares de la regla fiscal que esta administración introdujo desde 2020.
Estos riesgos fueron advertidos por el Consejo Fiscal Asesor, organismo honorario que analiza la marcha de las cuentas fiscales, pero Cichevski añadió que “la magnitud del deterioro es sin dudas mayor a la prevista meses atrás”.
Por un lado, el déficit fiscal estructural será de 3,4 puntos del PBI hacia diciembre de este año, según las proyecciones. En la anterior Rendición de Cuentas el dato era de 2,6% de pbi y en el ajuste de este enero la proyección para el final del año era de 2,9%.
Por su parte, la regla fiscal está indicada en el 2,8% de PBI.
Esto ocurrió por “un aumento significativo del gasto público en términos reales”, que llegó al 4,8% de PBI. Esto no se debe totalmente a la desinflación ni a la falta de márgenes de maniobra, advirtió el economista en su columna.
Se conocía que las cuentas públicas se iban a deteriorar en, por ejemplo, aumentos reales de pasividades y remuneraciones. Pero en 2023 bajó la ejecución de gastos no personales, transferencias e inversiones ante un escenario desafiante. Para esto, entiende Cichevski, un ajuste nominal a la baja del gasto podría incorporar los menores niveles de inflación, algo similar a lo ocurrido con salarios públicos en enero.
Sin embargo, señala Cichevski, “buena parte del incremento previsto para este año se explica por gastos no personales (+4,1% real), transferencias (4,7%) e inversiones (11,1%), rubros en los que durante 2020 y al cierre de 2023 sí pudieron ajustarse”.
Qué observa Nicolás Cichevski para el próximo Gobierno en materia fiscal para Uruguay
Cichevski explicó que la recaudación de IVA explica buena parte de la baja en el déficit. Sin embargo, si los uruguayos se vuelcan a la compra de bienes y servicios menos intensivos en impuestos, el resultado fiscal se puede deteriorar.
Por otra parte, aún con un crecimiento por encima del 2,5% de PBI, “no es factible que en ese contexto el gasto público aumente menos de 1% real sin una reforma significativa del Estado”, adelantó.
El gobierno actual finalizará con un déficit 1% del PIB por encima de 2019, es decir, unos 800 millones de dólares.
Cichevski observa que “hasta tanto no se logre consolidar una tasa de crecimiento superior al 2,5%, la próxima Ley de Presupuesto deberá limitar el incremento del gasto público financiando las prioridades mediante reasignaciones de gasto y avanzar en la reforma del Estado, al menos retirándose de actividades poco rentables y/o productivas”.