Después de 2 años de recorte los 100.000 dólares para la AUF por las camisetas sería bueno colocarlos en alimentación, reclaman en el FA

20200320/ Javier Calvelo - adhocFOTOS/ URUGUAY/ MONTEVIDEO/ Entre las medidas que han tomado los Gobiernos de muchos países de América ante la rápida expansión del coronavirus COVID19 está el cierre de las escuelas y por ello cambiaron los programas de alimentación escolar. Estos programas actualmente benefician a 85 millones de niñas y niños en América Latina y el Caribe. Para cerca de diez millones, constituyen una de las principales fuentes de alimentación segura que reciben al día.

El director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) en representación del Frente Amplio, Pablo Caggiani, advirtió que “el gobierno parece no estar queriendo visualizar que esta reforma” del marco curricular “está contando con muy poquitos apoyos”. “Capaz que las autoridades tienen un concepto de diálogo donde ellos escuchan y después no se mueven un ápice de su posición”, cuestionó en Menú Informativo.

En ese sentido señaló que “si uno mira quién está conversando sobre estos temas, las ATD se pronunciaron con muchas críticas, los estudiantes se pronunciaron con muchas críticas, los representantes de los diferentes órdenes en el gobierno de la educación se pronunciaron con muchas críticas, los sindicatos de la educación se pronuncian con muchas críticas”.

De ahí que cuando los voceros políticos del oficialismo en el área de la educación aseguran que este proceso inicial de reforma curricular goza de mucho respaldo popular, éste se manifiesta “con un silencio que sólo el gobierno parece estar enterado de que tiene el apoyo de la ciudadanía”.

A la vista de esa orfandad de apoyos, para el entrevistado “no está siendo consistente un discurso donde salen el ministro, el presidente del Codicen, parlamentarios únicamente de algunos sectores del oficialismo a defender un proceso de reforma que no está encontrando interlocutores que lo acompañen en prácticamente ninguna de las otras esferas de la sociedad”.

Añadió que “eso tiene que ver con una perspectiva del gobierno donde la democracia significa votar una vez cada cinco años y durante cinco años se ordena y se acata; más menos es lo que se ha dicho en el discurso”, criticó.

Objetó que “además” este proceso se da “en un escenario donde en el mejor de los casos van a poder implementar únicamente dos años de una reforma que en el caso de la educación obligatoria lleva tres años, es decir que hay un año que es del gobierno siguiente, y en el caso de la Formación en Educación son planes de cuatro años (…) y a este gobierno le quedan dos”.

Luego el exconsejero de Primaria cuestionó la actitud del gobierno ante los colectivos docentes: “para que haya diálogo tiene que haber la posibilidad de un intercambio donde quienes están intercambiando acerquen posiciones, y eso no ha sucedido”; por ejemplo, “con la elaboración del marco curricular de referencia nacional, del primer borrador que era para que todos pudieran discutirlo no se cambió nada, se cambiaron 20 cuestiones muy pequeñas en un documento de unas 70 páginas”, anotó.

“Capaz que las autoridades tienen un concepto de diálogo donde ellos escuchan y después no se mueven un ápice de su posición; ese es un concepto raro de diálogo, en general cuando se habla de diálogo se habla de un intercambio donde se pueda llegar a una propuesta que sea superadora de las que tenían los actores cuando llegaron al intercambio”, reflexionó.

Establecer modificaciones conceptuales “requiere necesariamente el convencimiento de los docentes para que efectivamente esos cambios se hagan carne en las aulas, y eso también es algo que está suficientemente estudiado, que en la medida que los docentes no están convencidos de que eso sea lo mejor para sus estudiantes esos cambios no llegan a las aulas”.

El jerarca se refirió a esta edición 2022 de las pruebas PISA y valoró negativamente la orientación del gobierno “hacia una competencia” con estudiantes de otros países; antes “jamás vimos una campaña de ´ponete la celeste para dar las PISA´”; criticó “además” que “es poco consistente con cómo los docentes entienden las evaluaciones”, es decir “como instrumento importante para intervenir mejor en los aprendizajes de sus gurises, lejos están de pensar que lo que están haciendo allí es una competencia; y ni que hablar de la opción por darle 100.000 dólares por las camisetas a la AUF, parece que después de 2 años de recorte esos 100.000 dólares sería bueno colocarlos en otros lados, por ejemplo en alimentación”, reclamó Caggiani.

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