Balbi dijo que “el precio de la suprema casi no ha variado al consumidor final, en el intermediario es donde está quedando la ganancia que están obteniendo por conseguir algo al 50% menos; el consumidor sigue pagando la misma plata que pagaba cuando no existía la libre importación” y el negocio es de “los operadores cárnicos que hoy están inundando la plaza”.