El PP vuelve a reconfigurar el espacio de la derecha española y se hace partido casi hegemónico del bloque tras los comicios del martes

Los comicios del martes 4 en la Comunidad de Madrid fueron asumidos por derecha e izquierda como un parteaguas nacional, resultando un triunfo arrollador de la derecha a horcajadas de un relato defensor de “la libertad” y la derrota cruda de una izquierda arrinconada en una prédica “de tristeza” limitada a “cierre de locales y confinamientos” por la pandemia, explicó en ́Mejor Hablar ́ la politóloga Florencia Alonso sobre la elección madrileña.

Alonso detalló que “el bloque de derechas llega a 78 escaños mientras que el bloque de izquierdas está en 58”, con lo que aquel “se ubica muy por encima de la mayoría de investidura, que es 69 escaños, porque ahora estos diputados van a elegir a la presidenta de la Comunidad de Madrid”. Y hubo también “una victoria bastante arrolladora del Partido Popular (PP), que hacía mucho tiempo no ganaba con esa ventaja en Madrid”: desde 2011.

“Otra cosa importante a señalar es que cae el mito de que una mayor participación electoral necesariamente iba a redundar en un mejor desempeño de la izquierda”, añadió. El martes votó el 76,25% del padrón habilitado y “esto se ubica 11 puntos por encima de la participación en las elecciones autonómicas de hace 2 años; o sea, a igual elección, 11% más de participación, récord en la Comunidad de Madrid (...) a la izquierda le fue muy mal, tuvo un muy mal desempeño”. Además “la participación fue muy alta en todos los distritos de la capital y también en todos los municipios del resto de la Comunidad”, esto es entre todas las clases sociales y aun así “Isabel Díaz Ayuso arrasó en todos los distritos”, por lo tanto “se rompe un mito”. A la par, “para el PP es muy importante esta victoria porque se configura como la primera gran victoria (...) desde la moción de censura de 2018 que terminó con Rajoy fuera del gobierno en medio de la legislatura”.

Explicó que “la campaña de la Comunidad de Madrid estuvo muy lejos de ser una campaña autonómica convencional porque todos los protagonistas, tanto Isabel Díaz Ayuso como los partidos de izquierda, le dieron una connotación nacional, como que lo que se estaba jugando en Madrid era el destino de la Nación. Esto generó que de parte de Isabel Díaz Ayuso su discurso se centrara casi totalmente en hablar contra Pedro Sánchez (...) y Pedro Sánchez se rebaja al nivel de una presidenta autonómica y se mete en la campaña de Madrid como si fuera el candidato prácticamente, a discutir de igual a igual”; dinámica percibida por mucha gente “como un fracaso de los dos partidos de la coalición, tanto del Partido Socialista como de Unidas Podemos, porque son sin dudas los dos grandes derrotados del martes; porque además de esta connotación nacional, sucedió que hubo un porcentaje muy grande de los electores de izquierda que eligieron un partido que no está en la coalición de gobierno, que es Más Madrid; desde el propio electorado de izquierdas hubo un mensaje a estos dos partidos”.

La politóloga subrayó que, hasta ahora, Díaz Ayuso “fue una presidenta débil en general. Lo que hizo estallar más a su figura y probablemente la fortaleció en popularidad, fue toda la gestión de la pandemia, en la que confrontó muchísimo con el gobierno nacional; obviamente el lema de ́la libertad ́, de que ́Madrid es libertad ́, ́ir a la madrileña ́, ́esto va de comunismo o libertad ́, ́de sanchizmo o libertad ́; ella se opuso mucho a los cierres del sector gastronómico y del hotelero en la Comunidad de Madrid, y todo su discurso, toda su campaña transmitía mucho optimismo: que se podía seguir viviendo de esta manera, ́a la madrileña ́, como con los parámetros previos a la pandemia, y que Sánchez” y las izquierdas “representaban tristeza, cierres de locales, confinamientos; a partir de esa dicotomía ella se hizo muy fuerte”, describió la narrativa de la derecha.

Hacia adentro de este bloque, destacó, “en el centroderecha pasó algo muy importante y fue que se reconfiguró todo el espacio”. Así, “Ciudadanos desapareció del mapa, se volvió una fuerza extraparlamentaria, porque el PP se fagocita al 100% de los votantes de Ciudadanos”, entonces “el PP vuelve a reconfigurar el espacio de la derecha y se hace como partido casi hegemónico. Y con respecto a la extrema derecha (...) fue la primera elección en un par de años (...) que se le pone un cierto freno a Vox”, fuerza que si bien ganó 1 escaño autonómico, “la victoria de Ayuso fue tan arrolladora, y ella misma queda a 4 escaños de la mayoría absoluta, que el protagonismo de Vox en la Asamblea de Madrid y probablemente en el gobierno autonómico va a estar bastante neutralizado, y eso no se esperaba tanto”. Es decir que “se podía esperar una victoria del bloque de derechas” como tal, pero “no una victoria tan arrolladora del PP en sí mismo”, anotó.

Después, Alonso analizó el anuncio del líder de Unidas Podemos sobre su retiro de la política partidaria e institucional. “Creo que Pablo Iglesias ya tenía tomada esta decisión hacía algún tiempo; capaz que no se veía venir que fuera a ser ahora de una manera tan abrupta, pero sí se veía venir que ya estaba con un pie por fuera y de hecho esto fue claro cuando renuncia a la Vicepresidencia segunda del gobierno nacional para ser candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Claramente, lo que se leyó ahí entrelíneas hace más o menos un mes y medio, cuando hizo esa jugada, fue: ́bueno, esta es la última batalla de Pablo Iglesias definitivamente ́. Y tuvo un objetivo muy concreto, que fue que a Unidas Podemos no le pasara el martes lo mismo que le pasó a Ciudadanos, que es quedar por fuera de la política madrileña; porque las encuestas de intención de voto previas a que él tomara esa decisión, dejaban a Unidas Podemos extraparlamentaria, no superaba el umbral mínimo del 5%, de lo que se requiere para ingresar a la Asamblea de Madrid y por lo tanto no iba a tener representación; lo que iba a perjudicar mucho a todo el bloque de izquierdas, ni hablar, pero además iba a dejarlos afuera del segundo Parlamento más importante de España”.

La entrevistada añadió otra dimensión relevante del anuncio de Iglesias. “También traduce y deja entrever algunos de los problemas que tuvo Unidas Podemos: parece un costo muy alto a pagar, para seguir existiendo, tener que erosionar a la principal figura” partidaria “del gobierno nacional” y “si bien el objetivo entre comillas ́se cumplió ́, porque Unidas Podemos tiene 10 escaños en la Asamblea” autonómica madrileña, ello “demuestra también las dificultades de Unidas Podemos para configurarse en los territorios, para proyectar figuras territoriales y ya hay algunos parlamentos autonómicos, como Galicia, en los que no tiene representación”, apuntó.

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