"Los que lo hicieron, saben lo que hicieron, cómo lo hicieron y dónde están los desaparecidos, y 50 años después siguen ocultándolo", lamentó Solsona.
La organización argentina Abuelas de Plaza de Mayo y la Red por el Derecho a la Identidad – Nodo Uruguay, presentaron el lunes la conformación de esta red en el país al tiempo que lanzaron una campaña de búsqueda, en territorio uruguayo, de nietas y nietos apropiados en el marco de la coordinación de dictaduras en el Cono Sur. Hasta ahora la red tenía presencia en Argentina, España, Francia, Italia, Estados Unidos y Canadá.
El anuncio se realizó en el Teatro Solís con la presencia de representantes de ambos colectivos, entre ellos Macarena Gelman y Claudia Poblete, hijas de detenidos desaparecidos. También participó el presidente Yamandú Orsi, la vicepresidenta Carolina Cosse y otras autoridades nacionales.
Carlos Solsona, padre de Marcela Solsona, la nieta recuperada número 129, dijo en entrevista con Nada que Perder que la búsqueda de nietos y familiares desaparecidos “remueve mucho emocionalmente”. “La presencia de la plana mayor de las autoridades uruguayas y personalidades de la cultura fue muy importante, para la organización y para el resto de la ciudadanía”, valoró.
Solsona se definió como “uno de los principales beneficiarios” de la labor de Abuelas de Plaza de Mayo y contó que hace más de 30 años que está en contacto con la organización, desde que volvió del exilio.
“Mi esposa fue secuestrada con un embarazo de ocho meses y nunca supimos más nada. Desde que retornó la democracia y se abrió la posibilidad de investigar, siempre planteé a la organización que quería saber qué había pasado, pero que no tenía esperanzas, porque teníamos poca información”, explicó.
En abril de 2019 fue informado sobre las muestras de ADN que lo vinculaban a su hija, mientras viajaba por ocio en Santiago de Chile, luego de recibir una llamada de Abuelas de Plaza de Mayo, en la que le notificaron que “había noticias”. “Cuando te llaman desde Abuelas porque hay noticias, te vas volando”, contó.
De esa forma se encontró con su hija. Hoy, con el paso de los años, cuenta que a partir de ahí empezó el proceso de reconstruir una relación que “no se había iniciado siquiera”. “Todavía no encuentro la forma de definir cómo fue el reencuentro con Marcela”, confesó.
“El principal obstáculo en la búsqueda de desaparecidos es el tiempo que ha pasado. Hubo casi 300 niños nacidos en cautiverio y robados de sus madres. Fueron niños robados luego de asesinar a su madre. Y los que lo hicieron, saben lo que hicieron, cómo lo hicieron y dónde están los desaparecidos, y 50 años después siguen ocultándolo. Esa es la gente que quiere prisión domiciliaria”, concluyó el entrevistado.