Para la fuerza de izquierdas, “este conjunto de medidas son un acto de guerra impuesto unilateralmente por Estados Unidos”.
La Mesa Política del Frente Amplio (FA) emitió este martes una declaración en rechazo al bloqueo “económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos contra Cuba”.
“Fiel a su compromiso con la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, reitera su firme rechazo al bloqueo inhumano y a toda medida de carácter económico que afecte al pueblo cubano”, indica el documento.
El FA mostró su “preocupación” por las consecuencias y “graves impactos” en el desarrollo económico y social “del pueblo cubano” que se refleja “en sus condiciones de vida”. La declaración puntualizó sobre las medidas de 2019, que profundizó un bloqueo considerado “extraordinariamente abarcador, abusivo y extraterritorial”, que fue agudizado durante la pandemia mediante “243 medidas coercitivas unilaterales”.
Entre las decisiones de Estados Unidos sobre Cuba se encuentran “el impedimento de transacciones financieras, limitación primero y cese después de las transferencias bancarias de ciudadanos, sanciones a empresas cubanas”, así como la “persecución de petroleras, aseguradoras, navieras e, incluso, tripulaciones que transportaran gas licuado o petróleo a la Isla”.
Otro de los mecanismos de Estados Unidos para aislar a Cuba es el mantenimiento del país caribeño en la lista de “patrocinadores del terrorismo”, hecho que el FA consideró como “inaudito” y que “agrava aún más” las posibilidades de acceso al financiamiento internacional o a los alimentos básicos y bienes de consumo.
El FA definió a “este conjunto de medidas” como “un acto de guerra impuesto unilateralmente por Estados Unidos en tiempos donde la comunidad internacional debe trabajar incansablemente por asegurar la paz en todas sus dimensiones”.
Para finalizar, la declaración del FA recuerda que la Asamblea General de las Naciones Unidas rechaza desde hace más de 30 años y de forma ininterrumpida el bloqueo de Estados Unidos, con el voto favorable de Uruguay, “en el entendido de que estas acciones socavan gravemente las posibilidades de desarrollo y bienestar de la República de Cuba”.