La orden de allanamiento se libra para evitar “frustrar” alguna “evidencia” delictiva o que se presume pueda serlo, pero “a veces esa diligencia termina frustrada porque la persona o el domicilio” a allanar “ya está enterado de que se iba a realizar y logra esconder las evidencias”, lo cual “sucede con mayor frecuencia de lo que uno espera”, reveló en ´Nada que perder´ de M24 el presidente de la Asociación de Magistrados Fiscales, Willian Rosa, a partir de la orden de la fiscal Sylvia Lovesio de allanar a Azul FM y de incautar el celular del periodista Ignacio Álvarez por la filtración de audios referidos a una denuncia de violación grupal en un apartamento de Cordón.
Acerca de la realización de allanamientos y de los elementos que pueden fundamentar la decisión de ordenarlos, Rosa explicó entre otras cosas que “los involucrados somos reacios a dar esa información porque primero es información reservada por imperio de la ley y además, el publicitar esa información puede frustrar las pretensiones de la investigación que realizan los fiscales o de la estrategia que tiene la defensa”, entre ejemplos posibles.
Asimismo, “cuando uno solicita que se disponga un allanamiento” y “el juez lo dispone, a veces esa diligencia termina frustrada, lo que se llama ´el allanamiento negativo´, algunas veces porque la persona o el domicilio (…) ya está enterado de que se iba a realizar y logra esconder las evidencias (…); eso sucede con mayor frecuencia de lo que uno espera”, al punto que “la mayoría de los allanamientos terminan en resultados que no son los que esperaban quienes lo disponen o quienes solicitan esa diligencia”, reveló.
Sobre la necesidad de apelar al allanamiento, ejemplificó que “si tenemos una rapiña y le solicito a la persona que la perpetra: ¿´usted se anima a traerme hasta la Fiscalía su celular, que quiero ver si usted participó o no en esta rapiña´?, es dable suponer que se va a frustrar esta evidencia porque la persona va a eliminar todos aquellos rastros que lo pueden involucrar, es de orden eso; entonces, en esa estrategia uno dice ´voy a pedir un allanamiento para que le incauten el celular´” y como “´es una diligencia reservada, la persona no se tendría que enterar que le van a ir a incautar el celular´”, por lo que “no pudo frustrar lo que la investigación quería conseguir”, indicó.
Además, resaltó el presidente de los fiscales, “a los efectos de lograr evidencias, hay limitaciones en las herramientas de los investigadores: en la Policía Científica, en la Fiscalía no hay un desarrollo de recursos que permitan una investigación al estilo CSI; eso hay que tenerlo en cuenta”; y luego agregó casuística de esta etapa del trabajo del sistema de justicia.
En caso de que un periodista rechace la pretensión de que revele su fuente, “hay elementos que son claros y que están protegidos por la legislación; quien actúa amparado por la legislación, no está incumpliendo una ley; (…) el caso concreto y sus pormenores son sumamente importantes para ver si se ingresa en determinada normativa o se excluye” o “qué situación” se da.
Respecto de una hipotética obligación para los fiscales de adelantar a su jefe, el Fiscal General de la Nación, que ordenarán un allanamiento, Rosa remitió al artículo 5 de la Ley 19.483: “claramente ese artículo está dispuesto para que los fiscales puedan actuar, en el caso concreto, con absoluta independencia técnica, o sea que puedan disponer los elementos de investigación que entiendan correspondientes; lo que existe en la Fiscalía es unidad de acción respecto de la institución, o sea cada fiscal actúa como si fuera la Fiscalía, y el principio de jerarquía, que implica que se pueda dictar instrucciones generales, no para un caso concreto”, precisó.
En torno al hecho reiterado de que diferentes integrantes del sistema político critiquen públicamente decisiones de fiscales, el entrevistado recordó que “no es nuevo esto, eso es lo que hay que decir; desde que los fiscales tienen este rol, a partir del 1° de noviembre del año 2017 se arrancó con una tendencia a achacar a los funcionarios fiscales determinadas cosas” y mencionó algunas de ellas, por ejemplo la acusación a la Fiscalía de ser presuntamente “una institución infiltrada por determinados dogmas”; y en función de algunas críticas y acusaciones invitó “a una reflexión de mesura, de tener en cuenta que hay que tener cuidado a la hora de decir cosas” con liviandad porque “hoy día las redes sociales implican que uno tiene que ser contundente para tener trascendencia en lo que se dice”, razonó el fiscal.