En su columna en El Menú del Día, Mathías Da Silva, periodista de La Diaria, repasó los principales puntos que contiene el documento que acordaron los integrantes del oficialismo en la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS).
Explicó que el primer cambio grande que se propone es la suba de la edad de retiro de 60 a 65 años donde se plantea un esquema gradual, donde cada un año crece uno la edad de retiro.
En ese sentido señaló que se proponen dos escenarios posibles: comenzar con la generación de nacidos en 1967, con lo que al incrementar un año por cada año calendario, así se llegaría al límite de 65 años con la generación de 1971; o comenzar con los nacidos en este último año, llegando al nuevo umbral de 65 años para el retiro con los nacidos en 1976.
“La opción uno abarcaría a quienes tengan 55 años o menos al año que viene, cuando se prevé votar la reforma; y la opción dos, más extensa en el tiempo, a los que tengan 50 años o menos” detalló Da Silva.
Otra recomendación que se destaca entre las que realizó el oficialismo dijo, es la de igualar los esquemas de beneficios y condiciones para acceder a una jubilación entre el régimen general —que se compone por el pilar solidario del Banco de Previsión Social (BPS) y el ahorro individual en la AFAP— y el de las cinco cajas extras, que son la Militar, Policial —ambos de gestión estatal—, Bancaria, Notarial y de Profesionales —las tres paraestatales—.
Esa igualdad de condiciones entre el régimen general y el que rige para las otras cinco cajas, implica también un aumento del peso de las AFAP, ya que también habrá una parte de aportes a estas empresas por parte de quienes están en los cinco subsistemas, señaló.
Además, explicó que el oficialismo incorpora en el documento algunos reclamos históricos vinculados a la posibilidad de realizar inversiones en el exterior que tenían las AFAP privadas, y también se toma como opción por defecto el denominado artículo 8, por el que hoy los trabajadores aceptan dividir sus aportes entre BPS y AFAP cuando ganen por debajo de 67.500 pesos (por encima de este monto la división es obligatoria).
Indicó que el esquema actual de jubilación, refiriéndose al pilar solidario del BPS, plantea una tasa de reemplazo mínima del 45%, esto es el porcentaje del llamado sueldo base jubilatorio de la persona. Para hacer ese cálculo, en la actualidad se toman los 10 últimos años de aporte o los 20 mejores años, como lapso continuado, y por cada año extra que la persona trabaja —luego de los 60 de edad, el mínimo hoy para jubilarse— se incrementa más la tasa de reemplazo, es decir es 45% o más de ese sueldo base jubilatorio señaló.
Pero además de esto, existe una bonificación para los afiliados que hicieron la opción del artículo 8 que mencionamos antes, que son la gran mayoría, que multiplica por 1,5 la contribución que hicieron al régimen solidario del BPS hasta el tope de 67.500 pesos y luego desciende progresivamente ese extra. Así es que se llega hoy a definir la jubilación explicó.
Lo que propone el oficialismo es en primer lugar utilizar como único criterio para el período de tiempo los 25 mejores años de trabajo de la persona, es decir se estira el período a considerar.
Además, se establecerá un nuevo mecanismo de cálculo, donde lo aportado se multiplicará por una tasa que se plantea sea entre 1,1 y 1,35 de la contribución. A ese monto inicial, luego se le sumará un “suplemento” —así se denomina en el documento— que abarcará a todos quienes ganen menos de 39.000 pesos.
La lógica es que este subsidio sea mayor cuanto menor sea la jubilación o los años de aporte, y menor a medida que se acerca al límite de 39.000 pesos. Además se plantea un ingreso mínimo garantizado para toda persona con más de 71 años, sin importar sus años de trabajo formal, que vendría a suplantar al esquema actual de jubilación por edad avanzada, que paga una pasividad mínima en torno a 15.000 pesos, detalló.