Intervenir en formación de precios puede mejorar no solo zona fronteriza sino economía nacional en general, indicó economista

Compras en supermercado. Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS

Dadas las exorbitantes diferencias de precios al consumo entre las zonas fronterizas de Uruguay y las de los países limítrofes, “si el Poder Ejecutivo se propusiera, y lo puede hacer, intervenir sobre la estructura de formación de precios”, esto permitiría “enfrentar no solo el problema de frontera sino también el problema de precio general de la economía” dentro del país, reclamó el economista sanducero Gastón Núñez en Nada Que Perder.

El economista puntualizó que lo que propone “no” implica establecer los precios al público por vía administrativa sino “fijar márgenes máximos de ganancia ante determinadas cosas; no puede ser que el importador en realidad gane tres veces lo que cuesta comprar un producto de un lado o del otro y que esa diferencia solo la gane por la diferencia cambiaria”, reclamó.

“Hay alguien que se está apropiando específicamente de una diferencia solo por el hecho de tener la capacidad de importar, cuando en muchos casos se puede importar por cada una de las partes”; es decir que “podría intervenirse en la formación de precios, podría trabajarse sobre el tema de la micro-importación, podría haber varias formas” de atacar dicha captura.

Explicó la ubicación política del gobierno en este proceso que implica un conflicto de hecho entre la necesidad de la población y la apropiación de valor por el capital importador, que puede comprar fuera y vender dentro:

“Vos tenés una estructura de precios sobre la cual podés optar por no intervenir, o si no, intervenir; en el caso de que puedas intervenir, esto puede redundar en mejoras de precio, no solo a nivel de la zona sino a nivel general; implica que hay que tomar una decisión de política económica”.

“Lo que pasa es que el propio gobierno no le pone apellido, como por ejemplo yo le puse en términos impositivos, por el hecho de que no asume que en realidad puede ser parte de su menú de política; al dejar por fuera la opción de intervención, claramente no hay opción de cambiar esa realidad”.

“Cualquier planteo de los que están arriba de la mesa, con excepción del tema de la micro-importación o la incidencia sobre la estructura de la formación de precios, no termina teniendo menores precios para las personas y por lo tanto sigue incentivando la compra del otro lado”, alertó.

Y esto sucede “no porque la gente quiere ir a comprar porque quiere hacer que a sus comerciantes les vaya mal sino porque el dinero no le da y porque los sueldos son bajos en relación a los precios y porque necesita comer, porque muchas veces es eso, necesita hacer que su sueldo le rinda”, razonó.

Compartir

Facebook
Twitter
Email
WhatsApp