Algunos economistas del Gobierno estiman con preocupación lo que ocurre con la relación entre los precios y los salarios. Es que si la inflación baja mucho, también lo hace la recaudación y eso golpea en el gasto público. “Sería funcional a las finanzas públicas una inflación un poco más alta”, señaló.
De Haedo fue crítico con la política que lleva adelante el “equipo económico” del actual Gobierno. Para empezar, en lo relativo a la inflación: “se les fue la mano” con la baja. El concepto parece sorpresivo, pero tiene una explicación.
Mientras el Gobierno esperaba un 5,8% de inflación, a números de setiembre está en 3,9%. “De aquí a fin de año y el año siguiente va a seguir subiendo, pero es evidente que se pasaron de rosca”, dijo en diálogo con El Espectador.
Esto porque genera “daños colaterales”. La relación precios y salarios es preocupación para algunos economistas del Gobierno. Recordó que las remuneraciones subieron un 12% en los doce meses que finalizaron en setiembre y, en igual período, la recaudación fiscal lo hizo solamente 3%.
Lo que también genera un desfasaje entre la indexación de los ingresos y los gastos públicos, algo que en parte explica el deterioro fiscal que llegó a niveles de 2019. “Desde el punto de vista fiscal el éxito entre comillas de la inflación es negativo y sería funcional a las finanzas públicas una inflación un poco más alta”. Es por esto que, para De Haedo, se debe ver “el equilibrio general” y “no solamente un objetivo fundamentalista de una variable”.
La explicación en torno al precio del dólar
Para De Haedo, Uruguay está en un proceso de atraso cambiario “con pocos precedentes en las últimas décadas”.
Retomando el tema de la inflación, dijo: “era mucho más lógico que la inflación no se fuera a 3,9% y que quedara en niveles de 6% y que el tipo de cambio, en vez de ir a 37 pesos, permaneciera en niveles de 42 o 43 pesos”.
“Esa mezcla es claramente mejor que la que hemos tenido”, expresó el economista, para concluir: “el dólar a 40 pesos es insignificante”.