La desigualdad aumentó respecto a 2019 y la pobreza no retorna a niveles prepandemia, advierte economista

Fotoilustración para trabajo infantil. Foto: Javier Calvelo/ adhocFOTOS

En una entrevista para el programa "Nada que perder" de M24, la economista Andrea Vigorito, integrante del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de la República, señaló que Uruguay ha experimentado un aumento en los niveles de desigualdad desde 2019.

Vigorito destacó que, comparado con 2019, la desigualdad ha aumentado y la incidencia de la pobreza no ha regresado a los niveles previos. “Con respecto a 2019, hay dos cosas importantes. La primera es que no volvimos a esos niveles en incidencia de la pobreza. La segunda es que se ha estancado entre el año 2023 y 2022, además de incrementarse la desigualdad. Las condiciones de partida para la mejora del bienestar de la población son más complejas”, explicó.

La economista subrayó que la pandemia de 2020 provocó un aumento significativo en los niveles de pobreza, similar en proporción al incremento observado durante la crisis de 2002. “Aunque los niveles de pobreza eran menores porque veníamos de varios años de caída sistemática con crecimiento económico y reformas, la pobreza saltó por encima del 10%. Aunque en la crisis de 2002 tuvimos niveles mucho más altos, la proporción de aumento de la pobreza es comparable”, afirmó.

Vigorito también mencionó que la mayoría de los países de América Latina ya han regresado a los niveles de desigualdad y bienestar previos a la pandemia, a excepción de Uruguay, Panamá y Colombia. “Muchísimos países de América Latina ya volvieron a los niveles previos a la crisis, según publicaciones de CEPAL. Uruguay, Panamá y creo que Colombia, no han logrado retomar los niveles precrisis de desigualdad”, comentó, añadiendo que la situación de Uruguay es preocupante, a pesar de que los niveles de pobreza son menores en comparación con otros países de la región.

La economista criticó las medidas implementadas durante la crisis, calificándolas de insuficientes. “Lo que se hizo fue claramente insuficiente. En un periodo de crisis, los esfuerzos tendrían que haber sido mayores para mitigar el deterioro”, indicó. También subrayó la importancia de considerar las políticas salariales y los ingresos de los hogares con niños a cargo al evaluar el bienestar infantil. “Tuvimos una caída del empleo, un deterioro de los salarios y una salida de la crisis con menor incidencia de los salarios en la economía, a pesar de una reciente recuperación del salario real”, concluyó.

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