La política exterior del gobierno tiene ganadores y perdedores, favorece a los ‘malla oro’ y al agronegocio, criticó Padrón

Álvaro Padrón, analista internacional.

La política exterior uruguaya “en vez de decir ‘vamos a fortalecer la integración, vamos a fortalecer las posiciones comunes’, empieza a decir ‘no, queremos hacer un acuerdo bilateral con China, queremos que nos suelten la mano’. Eso es reaccionario”, criticó el analista Álvaro Padrón en Nada Que Perder de M24.

En nuestro país “el gobierno tiene rumbo, tiene rumbo en general y en particular con la política exterior; el rumbo de la política exterior tiene ganadores y perdedores, y favorece a algunos sectores, por ejemplo a los ‘malla oro’”, criticó el columnista.

“El rumbo significa en este caso que sigamos haciendo lo mismo, seguir haciendo lo mismo significa que no vamos a cambiar la matriz productiva; entonces, que la política exterior favorece a los que ya tienen poder hoy, que son sobre todo el agronegocio”.

Ello implica que “seamos un país productor de materias primas, y básicamente consumidor de agua dulce; los cinco productos más importantes que exporta Uruguay son celulosa, arroz, carne, lácteos y soja; son todos productos que se tragan el agua dulce”, un problema que remite a la estructura productiva: “hay cosas de estas que también fueron muy polémicas en el ciclo progresista”.

Padrón sostuvo que “eso caracteriza a la política internacional como conservadora, porque no cambia nada en este sentido, y mantiene una matriz productiva, y por lo tanto una forma de distribución de la riqueza, que básicamente beneficia a algunos”; eso significa que “hay un rumbo, y hay ganadores y perdedores, pero nos cuesta en general verlo en política internacional”.

Lamentó que “este gobierno no quiere cambiar la forma de inserción internacional de Uruguay, al contrario; era conservadora hasta un momento la política internacional, pero cuando empieza a actuar en contra de ciertas cosas, empieza a ser reaccionaria”.

Es que esa orientación “reacciona a…; o sea, la política exterior del gobierno uruguayo, en vez de sumarse a ese cambio que se produce a partir del año pasado” con el nuevo gobierno de Lula da Silva en el vecino Brasil, “empieza a reaccionar en contra”.

El analista lo ejemplificó: “en vez de decir ‘vamos a fortalecer la integración’, ‘vamos a fortalecer las posiciones comunes’, empieza a decir ‘no, queremos hacer un acuerdo bilateral con China’, ‘queremos que nos suelten la mano’; eso es reaccionario”.

“La política exterior uruguaya boicotea, frena, tranca, cuestiona esa estrategia, con el argumento de que nos dejen ‘en libertad’; este mundo se va a organizar en el futuro a partir de bloques”, por lo que “esa estrategia es muy peligrosa porque afecta a la región”.

Recalcó que “no nos afecta solo a nosotros, para la región no es cualquier cosa que un país diga ‘queremos negociar por nuestra cuenta’ sistemáticamente, como lo dice el gobierno uruguayo”.

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