La salud en los primeros años de vida es la gran ausente del debate por la reforma previsional

“Set de Bienvenida”del programa Uruguay Crece Contigo en el Sanatorio Mautone en Maldonado. Foto: Javier Calvelo/ adhocFotos 20151225 dia viernes adhocFotos
“Set de Bienvenida”del programa Uruguay Crece Contigo en el Sanatorio Mautone en Maldonado. Foto: Javier Calvelo/ adhocFotos 20151225 dia viernes adhocFotos

La pandemia por covid-19 dejó como saldo un aumento de nacimientos en el sector público y, dentro de él, la prematurez y el bajo peso al nacer. El profesor de clínica ginecotocológica, Leonel Briozzo, aseveró que esto tiene consecuencias de largo plazo en el sistema previsional y las explicó en su habitual columna de M24. Para él, este tema es el “gran ausente” en la discusión.

Briozzo estableció al tema como un problema nacional, que amerite un consenso de todas las fuerzas sociales del país, no únicamente a los partidos políticos, y que piense en términos estratégicos a largo plazo, un ejercicio que le cuesta al Uruguay por ser un país joven.

Cuando se habla de envejecimiento y protección social, con sus consecuentes desafíos socioeconómicos, es necesario enmarcar este asunto en el Consenso de Montevideo de 2013. En ese año, Briozzo era subsecretario de Salud Pública y recordó que el punto 20 dice:

“Desarrollar políticas a todo nivel tendientes a garantizar la calidad de vida, el desarrollo de las potencialidades y la participación plena de las personas mayores, atendiendo las necesidades de estímulos intelectuales, afectivos y físicos, y contemplando las diferentes situaciones de hombres y mujeres con especial énfasis en los grupos más suceptibles de discriminación, personas mayores con discapacidad, carentes de recursos económicos y/o cobertura provisional, y personas mayores que viven solas y/o que no cuentan con redes de contención”.

Para el especialista, hay que elevar el punto de mira ante un sistema insostenible desde el punto de vista financiero que, además, es injusto e inequitativo entre sectores de la población (“una cosa es ser militar retirado y otra asalariado o profesional”, estableció), y pensar en qué es lo que se busca como país.

Y el columnista afirmó: “Un envejecimiento saludable empieza con la vida fetal: la posibilidad de que ese adulto mayor esté sano o no, tenga enfermedades o no, depende en gran medida de cómo vivió sus primeros meses de vida intrauterina y cuáles fueron sus condiciones de crianza”.

Lo relevante es la relación entre la salud y la necesidad de inversiones en esas personas y su jubilación o protección social. Para Briozzo, el gran ausente de la discusión actual es la continudad histórica de la seguridad social, que empieza en la vida fetal.

La crisis socioeconómica y sicológica de la pandemia reveló algunos fenómenos, como el incremento de nacimientos en el subsector público y, en él, aumentó la prematurez y el bajo peso al nacer. Si esto continúa creciendo del 12% actual al 20%, alcanzaría al 10% de la población total, con lo cual se incrementan los riesgos sanitarios y la presión al sistema de salud.

“Es decir que la inversión necesaria en una persona con enfermedad en la etapa de envejecimiento es del doble o triple que en una persona sana. Es por eso que es tan importante pensar en 50 años para adelante y entiendo que esto es difícil en un país que tiene 200 años de historia”, sintetizó.

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