"Me imagino los sentimientos encontrados. Yo quería más de mi viejo, siempre quise más de mi viejo. Quería más tiempo. Quería más tranquilidad. No quería leer las redes, a veces alguna crítica. Esos mismos relojes que usó Jorge, tenía esa obsesión por hacer las cosas cuanto antes (...) yo no sé si lo van a entender hoy. Cuando sean más grandes y tengan hijos lo van a entender", dijo el presidente Lacalle dirigiéndose a los hijos de Jorge Larrañaga.
En el cementerio de Paysandú el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, fue despido por una multitud. Allí el presidente de la República, Luis Lacalle, tuvo la ocasión de tomar la palabra y dirigirse a los hijos del dirigente nacionalista fallecido el sábado por un cardiorespiratorio.
"La actividad política es ensanchar el corazón. Es un acto de generosidad. No es querer menos. En el corazón hay lugar para casi todos; es querer más. Es esa familia no sanguínea que es la patria. El corazón del viejo de ustedes está compartido con tres millones y medio. Siéntanse honrados y caminen con la frente en alto", señaló.
En este sentido, sostuvo que "la liturgia del Partido Nacional es enorme" y recordó una canción que cuenta un enfrentamiento en Santa Clara, donde un solo "paisano" se salva, aunque permanece en "agonía" y "cascoteado" sin querer desvanecerse.
Durante el entierro, la Policía Nacional dobló la bandera del pabellón nacional sobre el féretro de Larrañaga donde fu entregado al presidente Lacalle y este se lo cedió a la familia del dirigente blanco.
