Las cuatro visitas de la reina Isabel II por América Latina

Eduardo Frei Montalva recibe a la reina Isabell II del Reino Unido. Foto: Wikipedia.
Eduardo Frei Montalva recibe a la reina Isabell II del Reino Unido. Foto: Wikipedia.

Tras asumir posesión del trono inglés en 1952, Isabel II encabezó más de 80 visitas de Estado pero solamente cuatro fueron a países de América Latina: Brasil en 1968, Chile en el mismo año y dos veces a México, la primera en 1975 y la segunda en 1983.

Gobernaba la dictadura militar encabezada por Artur da Costa e Silva cuando, el 1º de noviembre de 1968, llega a Brasil la Reina de Gran Bretaña. Ella fue acompañada por su marido, el duque Felipe de Edimburgo, y visitó Salvador, San Pablo, Campinas, la capital Brasilia y, finalmente, Río de Janeiro.

En la popular ciudad carioca, saludó a bañistas y el 10 de noviembre entregó la copa que coronó al seleccionado paulista como vencedor ante la selección carioca, en un amistoso organizado para que Isabel conozca a Pelé, a solicitud de ella, en el estadio de Maracaná. Para esto, el capitán del equipo, Carlos Alberto, cedió la capitanía al ya famoso astro del fútbol. La admiración de la corona británica por Pelé es tal que en 1997 condecoraron al futbolista brasileño con el título nobiliario de caballero del Imperio, que incluye la denominación de “Sir Pelé”.

El presidente chileno Eduardo Frei Montalva invitó a su majestad imperial a conocer su país, en ese 1968. Y la pareja real arribó el 11 de noviembre al palacio de La Moneda. El Palacio Cousiño sufrió un incendio parcial y el lugar donde se hospedaron fue cambiado por el último piso del Hotel Carrera.

Isabel cumplió con el protocolo de visitas: ofrenda floral en el monumento a O’Higgins, recorrida por la Escuela Militar, visita al Congreso y la Corte Suprema, y cena con el presidente. También hubo fútbol en su agenda por Chile, porque estuvo en el Estadio Nacional para ver el clásico entre la Universidad de Chile y la Universidad Católica. Sus últimos días trasandinos los pasó en el sur, que incluyó asado campestre y la visita al Hipódromo para observar la carrera que la homenajeó con un premio bautizado con su nombre.

En febrero de 1975 conoció México por primera vez, para celebrar los 150 años de relaciones diplomáticas entre ese país y el Reino Unido. Como invitada de honor del presidente Luis Echeverría, celebró el Día de la Bandera en la Plaza del Zócalo. También visitaron Quintana Roo, Guanajuato y Oaxaca. El diálogo con la prensa sirvió para que ella presente uno de sus intereses principales, la contaminación ambiental y el smog: “el mismo problema hay en Gran Bretaña y se agudiza en la zona industrial de Manchester”.

Pagó con libras esterlinas en efectivo todas las compras que realizó en el mercado de Oaxaca, unos 200.000 pesos mexicanos según las crónicas. Su última jornada la pasó junto a su marido Felipe en Yucatán.

Retornó en 1983. En esta oportunidad, estaba al frente del gobierno Miguel de la Madrid Hurtado y el país era muy distinto. El fantasma de la Guerra de las Malvinas estuvo presente en el marco de una visita que sirvió para recomponer lazos con un país latinoamericano, ya que México respaldó los derechos soberanos argentinos sobre las islas.

Es más, a diferencia de la anterior visita, cuando los mexicanos llenaron de forma multitudinaria los recintos en cada actividad de la reina, en esta ocasión hubieron marchas de protesta y pedidos para que el gobierno no reciba a la monarca.

Años después, en 2015, con motivo del encuentro con Enrique Peña Nieto en Londres, la reina Isabel dijo que guardaba un grato recuerdo de ambas visitas al país.

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