Malestar masivo en Colombia “recoge un descontento con el modelo capitalista impuesto en el país”, explicó académica

Una reforma tributaria que golpearía decisivamente el ya decreciente poder adquisitivo de vastos sectores principalmente asalariados de Colombia, activó una ola de indignación masiva que lleva una semana convergiendo con una movilización social previa mucho más amplia, de capas urbanas y rurales pauperizadas y reprimidas por el Estado, en un país asolado por la pandemia tanto en el aspecto económico como en el sanitario, realidad que explicó en ́Mejor Hablar ́ la politóloga colombiana Angélica Rodríguez.

“Esta reforma tributaria” que el gobierno resignará en cuanto objetivo inmediato tras casi una semana de movilización y represión, “buscaba ampliar la base de los contribuyentes, es decir disminuir el monto mínimo a partir del cual los ciudadanos debían declarar impuestos”. Esto se planteó como una “imposición, sin ningún tipo de consenso o concertación con los diferentes actores de la sociedad, incluso con miembros de los diferentes partidos políticos incluyendo el partido de gobierno, que no apoyó la propuesta. Y en ese sentido se entendía como una reforma mal formulada, porque gran parte del peso recaía en los contribuyentes de menos ingresos, y no en las personas con mayores ingresos o en las empresas”. Tal fue “uno de los detonantes inmediatos que generó gran molestia social, pero no el único, hay un conjunto de factores que hacen a la situación más compleja”.

Por ejemplo, uno “de los más significativos” radica en “los efectos sociales de la pandemia”, cuando a causa de esta “ya tenemos más de 72.000 fallecidos” junto a “un aumento gravísimo de la pobreza y el desempleo; hay una falta de respuesta institucional para solucionar estos desafíos. Este descontento viene desde el 2019 y podría decir que recoge un descontento con el modelo capitalista impuesto en el país. Nosotros tenemos en este marco una caída de la economía del 6,8%; más de 4 millones de colombianos están sin trabajo; se han cerrado 500.000 negocios; hay un número significativo de hogares que ahora solo pueden ingerir 2 comidas; el 19% de las familias ya quedan sin ahorros; a eso hay que sumarle (...) el retraso en las campañas de vacunación masiva, tenemos menos del 10% con la primera dosis; y a eso hay que sumarle escándalos de corrupción y otros elementos importantísimos como reivindicaciones sobre el proceso de paz, la indiferencia estatal frente a las masacres, el asesinato de los líderes sociales y (...) demandas de sectores” específicos como “juventudes que reclaman una educación de mejor calidad, el acceso gratuito”, describió.

Es decir que ahora “hay una confluencia de elementos que generan estas protestas, la masiva movilización social y que no se limita solamente a la reforma tributaria, que fue retirada el 2 de Mayo” tras la respuesta popular. La entrevistada explicó que “Colombia, comparativamente con otros países del contexto regional no solía ser una sociedad muy movilizada”, pero “en los últimos años (...) comienza a darse un ejercicio de reactivación de la movilización social de manera contemporánea, sobre todo a partir del 2016”, año en el que “se firman los acuerdos de paz” entre el Estado y las FARC. Posteriormente, “2019 fue un momento creo que icónico para la movilización en América Latina, y Colombia no estuvo exenta de ese ejercicio de participación”, que la académica analizó en su particularidad.

Después ilustró la magnitud de la represión estatal que castiga a los movilizados desde el inicio del paro nacional hace ya una semana. “La ONG ́Temblores ́, a través de su plataforma ́Grita ́, recoge para el 2-3 de Mayo los siguientes datos (...): tenemos 1181 casos de violencia policial; 21 homicidios; 4 casos de violencia sexual; 761 detenciones arbitrarias; 132 intervenciones violentas; 30 casos de disparos con armas de fuego por la Policía; 92 víctimas de violencia física, 12 de ellas con agresiones en los ojos; situaciones muy preocupantes en Valle del Cauca, Cali, que reúne más o menos la mitad de los casos; en la ciudad de Pasto, capital del Departamento de Nariño, 561 detenciones; y muy preocupante esta mañana (martes 4) en las noticias, la referencia que hace la Misión de Observación de Derechos Humanos de la ONU, donde manifiesta que ha sufrido también agresiones y ha presenciado estos disparos”, reseñó González.

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