En su espacio de reflexiones en M24 el expresidente de la República y senador frenteamplista reelecto, José ´Pepe´ Mujica, refirió a un llamativo caso de desinformación masiva en curso en estas horas en nuestro país para recordar el poder monopólico de los medios de comunicación de masas.
Mujica abrió su columna señalando que en el marco de color informativo y generoso despliegue anecdótico de las coberturas mediáticas de la nueva asunción presidencial, “llama la atención que en estos dos últimos días para nada la prensa haya informado que el Comandante en Jefe del Ejército renunció (…) el viernes” pasado y que “como tal pasa a Retiro”, en tanto que “interinamente el general (Marcelo) Montaner ocupa su lugar”.
Esa no informada “no es una noticia secundaria” ni “baladí” sino por el contrario remite a “un cargo de notoria y muchísima importancia, y me resulta francamente inexplicable que no se haya informado”, recalcó.
Al respecto “podría suponer que no se quería mezclar, por razones varias, con la ceremonia de cambio de mando de la Presidencia de la República”, pero esa omisión significativa más probablemente pueda explicarse por el hecho de que “las sociedades modernas (…) hace mucho tiempo (…) en materia de prensa tienden a evolucionar hacia una concentración del poder mediático”, que forma parte de una densa trama de influyentes intereses.
El senador frenteamplista parafraseó al filósofo español José “Ortega y Gasset”, quien ya “en su tiempo” observaba “una tendencia que en el campo de la cultura traía un abaratamiento y la vulgarización, el reemplazo del producto artístico genuino por una caricatura, y toda una marejada de mal gusto, chabacanería y estupidez”.
Por eso mismo en las columnas anteriores “señalábamos en estos días la diferenciación entre liberalismo y neoliberalismo, porque el surgimiento del neoliberalismo viene acompañado de una especie de creciente dictadura mediática: es el punto contrario al reino de la libertad de prensa”, graficó.
En ese sentido aludió a “un autor estudioso” del campo “de la prensa” y de origen “australiano”, quien registró un salto de concentración desde “50 corporaciones” mediáticas “en 1983” hasta “9 corporaciones en 2003”.
Añadió sobre el punto que “hace algunos años, uno de los zares” mundiales de las corporaciones mediáticas como Rupert “Murdoch”, propietario “de la cadena Fox” así como de “montones de subsidiarias por todo el mundo”, aseveró que próximamente “va a haber solo 3 gigantes globales” de la comunicación de masas y “que su compañía (…) va a ser una de ellas”.
“Este es un proceso de concentración de la información” mediante la creación de “verdaderos oligopolios mediáticos” cuya prédica sistemática “va creando una cultura” a la que se da en llamar “la pos-verdad”. Esos oligopolios “van sembrado sobre la sociedad los valores” junto con “los fundamentos del pensamiento neoliberal para consumo sencillo de las grandes masas”, en un profundo proceso de virtual adoctrinamiento masivo “que naturalmente tiene consecuencias de carácter civilizatorio”.
En el ámbito nacional, ejemplificó Mujica, “para servir de portavoz local” y de “permanente machaque” favorable a esa concepción globalizada, “se fundó hace años (…) el semanario más difundido de este país, más importante, con un trabajo muy serio pero con una permanente línea editorial que (…) comulga (…) con esta ideología del neoliberalismo”.
Pero, puntualizó el senador, “esta no es solo una cuestión económica, no es solo pensar exactamente lo contrario que (…) las ideas de (John Maynard) Keynes”, economista inglés que creía en “el irremplazable rol (…) del Estado” para “atenuar los impactos inevitables de los ciclos económicos”.
El asunto trasciende ese plano y se proyecta al ideológico, que ejemplificó aludiendo a una “obra célebre” del neoliberalismo como “Camino de servidumbre”, en la que su autor, Friedrich Hayek, asevera que “la intromisión del Estado en la vida económica termina por (…) desembocar en el totalitarismo”. En la misma dirección, otro emblemático teórico neoliberal “llegó a afirmar”, solo unas décadas después de aquel, que “había mucha más libertad en un régimen como el de (Augusto) Pinochet (…) que en el régimen de (Salvador) Allende (…) porque sencillamente se le aflojaba la rienda a toda la actividad económica (…) sin intervención reguladora (…) del Estado”, prefiriendo “una dictadura (…) liberal” y sangrienta como aquella a “una democracia” respetuosa de los derechos como el gobierno del derrocado Presidente.
Entonces sucede que “la concentración de la riqueza se termina transformando también en una herramienta de concentración de carácter político”, proceso facilitado por “estas grandes cadenas” mediáticas que van “deformando la información y ocultando” la esencia de los hechos.
El líder frenteamplista ilustró ese proceso con otro caso doméstico, como el que está ocurriendo en nuestro país con las adquisiciones monopolistas que realiza en estos meses la compañía propietaria de la cadena comercial Tienda Inglesa.
“La tendencia a la concentración económica” hace que sus beneficiarios envilezcan “todo lo que puede ser libre competencia, y en nombre de la libertad económica terminan quitándole la mínima libertad a la multitud de pequeños intereses e iniciativas que existen en una sociedad”, advirtió.
Recordó después que “este proceso es de tendencia mundial” y que en Uruguay “somos un pequeño país muy dependiente”, al punto de ser meros “tomadores de precios” como se ha verificado, una vez más, con los precios cárnicos internacionales entre el auge del año pasado y el desplome registrado en el inicio de este 2020, ambos fenómenos determinados por avatares sanitarios surgidos aparentemente en la zona de Extremo Oriente.
“De ahí la dura importancia que tiene el combate de ideas”, reflexionó el veterano luchador, ya que “cuando te dicen que las ideas no importan, es precisamente una forma clara de desarmarte” para evitar en cada lugar la defensa de “los intereses de la gran mayoría” de perjudicados, apuntó.