A 50 años de la firma del Tratado de Itaipú entre Brasil y Paraguay estos países hermanos deben renegociar las condiciones y precios del suministro de electricidad a ambos lados de la frontera común, con lo que el presidente brasileño, Lula Da Silva tendrá “la oportunidad” de hacer “lo que defiende” buscando “una relación con la región de complementariedad y cooperación y no de competencia”, señaló la analista Natalia Carrau en INFO 24.
Carrau destacó en su columna que esa instancia implica “un desafío porque hay una negociación pendiente, pero también es parte de algo que podemos leer en clave regional porque el propio Lula va a tener también entre manos esta negociación y va a tener la oportunidad de colocar esa negociación en perspectiva con lo que defiende, que es buscar una relación con la región de complementariedad y de cooperación y no de competencia”.
Explicó que “este año, en el 2023, se cumplen los 50 años de la entrada en vigor del Tratado Itaipú y culminó también el pago de la deuda generada, que está incluida en el costo del servicio de electricidad que se brinda”.
“Es ahora cuando se abre la posibilidad de negociar lo que se conoce como el Anexo C del Tratado, que es donde se establecen las bases financieras y de prestación de los servicios de electricidad y se determinan también las condiciones de la contratación de la potencia y de la cesión de la energía”.
Al respecto, la columnista precisó que “lo que dicen las condiciones actuales del Tratado es que la mayor parte de la energía generada es usufructuada por Brasil, por empresas brasileras y extranjeras radicadas en Brasil, y que el restante (flujo de electricidad) es utilizado por Paraguay”.
Al mismo tiempo y según lo vigente hasta ahora, “la energía que no utiliza Paraguay sí es vendida a Brasil a un precio que claramente es inferior a lo que establece el mercado y no se puede vender a otro comprador; y ahí es una parte de las asimetrías que reclama también históricamente Paraguay”.
Se trata de “un tema que tiene que discutirse regionalmente porque más allá de que la hidroeléctrica es binacional, la discusión y el debate sobre la soberanía energética en tiempos de transiciones, y muy especialmente de transiciones energéticas, tiene que ser parte de un debate regional”, apuntó.
En esa dirección, Carrau puntualizó que “las respuestas individuales no van a resolver los problemas de fondo, sobre todo en países que caminan hacia un desarrollo con un montón de restricciones y con dificultades para ganar escala, que es el caso también de Paraguay y de Uruguay”, recordó.
Recalcó que “la reivindicación de la integración regional, de utilizarla como herramienta para afrontar y transitar desafíos que son comunes, es parte también del pensamiento de Lula, por lo que tenemos cierta expectativa sobre cómo va a resolver este asunto en los próximos meses”.