En su espacio de reflexiones en M24 el expresidente José Mujica evocó al presidente estadounidense, Joe Biden cuando éste declaró estar “de acuerdo en compartir las patentes” de las vacunas anti-covid “con el mundo” pero “después se calló para siempre, lo que hace pensar que aun el presidente de Estados Unidos, frente a la realidad ni por asomo tiene todo el poder”.
Mujica retomó el tema de la pandemia y al respecto aludió a “algún informe internacional” según el cual “las vacunas en uso parecen ser menos efectivas a los dos últimas variantes que ha tenido el virus”, dato que indica que “cuanto más tiempo se prolongue” la pandemia y en cuanta “más área del mundo esté presente de alguna forma la circulación de estas variantes, más expuesta está la Humanidad a que aparezcan nuevas variantes cada vez más resistentes, por lo menos a las vacunas que se están utilizando”, acotó.
Ello significa que “si la Humanidad hubiera tomado la decisión dura de compartir el conocimiento e incentivar que se produjeran por todas partes la mayor cantidad de vacunas posibles sin tener en cuenta los intereses de los laboratorios (…) empresas gestadoras de vacunas, (…) es probable que el mundo ya estuviera totalmente vacunado y no pase (…) que el grueso de la población africana no está vacunado y son casi 1.200 millones”, apuntó.
El exmandatario subrayó que “no ha fallado la ciencia” y que en cambio ésta “ha tenido un salto espectacular, lo que ha fallado es la política en el sentido amplio y profundo del término; porque es evidente que mientras existan zonas de la Tierra donde no se ha vacunado, la enfermedad tiene condiciones para seguir mutando y cambiando; y uno se hace esta pregunta: ¿esto acaso no lo saben los laboratorios que han investigado estas vacunas? La existencia endémica de la enfermedad por todas partes, ¿no obligará a que permanentemente estemos recambiando y cambiando las vacunas? Y eso, ¿para quién puede ser beneficioso? ¡Vaya pregunta!”, exclamó Mujica.
Luego recordó que “el presidente de Estados Unidos (…) dijo que estaba de acuerdo en compartir las patentes con el mundo (…) para incentivar por todas partes la fabricación de estas vacunas”, aunque “después se calló para siempre, lo que hace pensar que aun el presidente de Estados Unidos, frente a la realidad ni por asomo tiene todo el poder, que el poder no está allí”.
Más adelante lamentó que “una vez más los hechos demuestran que no es la ciencia la que falla, lo que falla es la alta política de los gobiernos centrales del mundo, que han (…) priorizado el interés privado, de la investigación privada, empresarial, y lo han colocado al tope de defender globalmente la estabilidad de la vida en el transcurso de estos dos años”.