En su espacio de reflexiones en M24 el expresidente José Mujica recordó la importancia del Instituto Nacional de Colonización (INC) porque “cumple con la función de servir a los sectores productivos” y al mismo tiempo con la de “engendrar hijos e hijas” que son “futuros trabajadores del campo”.
Mujica lamentó que “en el país y en el gobierno hay gente que odia el INC” y al respecto se hizo “esta pregunta: ¿acaso tienen preocupación de que los pobres nacidos en el campo un día puedan ser pequeños patrones de sí mismos y manejarse a sí mismos?”; recordó a continuación que ya “hace muchos años intentaron, con aquella fallida reforma constitucional de la década de 1990, barrerlo, liquidarlo”; sin embargo “no pudieron, porque no salió, pero hoy, en el gobierno, le sacan sucesivamente dos mascadas de los recursos” que el organismo “tiene para comprar anualmente un poco de tierra y hacer frente, en parte, a la enorme cantidad de solicitudes, más de 1.000 anuales, de gente que se quiere instalar en el campo para trabajar”.
Apuntó que para una de esas “dos mascadas”, la segunda y “presente en esta Rendición de Cuentas”, el recorte al INC se intenta hacer “esgrimiendo una causa noble que apoyamos, que estamos de acuerdo” y que consiste en obtener “recursos” para “ayudar a erradicar los asentamientos”; pero “estos recursos que se le sacan” al INC “no le hacen ni la tos al problema, son francamente insignificantes”, por lo que deben buscarse “en otra parte”. Señaló que “este país es agroexportador y lo va a seguir siendo por mucho tiempo, y como tal necesita gente de campo, que sepa y que sienta lo que es el campo”, porque “una cosa es tener campo” pero otra es “ser hombre de campo”; y precisó en esa dirección: “el que haya familias de gente humilde que empieza a trabajar en el campo y que tiene hijos, está asegurando la formación de hombres y mujeres de campo, una necesidad imprescindible para el Uruguay del futuro, incluso para esos que teniendo mucho campo viven en Montevideo y no son de campo; porque la producción agropecuaria no va a caer automáticamente de los cielos y por más adelanto tecnológico que exista, va a ser muy difícil sustituir la presencia humana”.
De ahí que “en este mundo que se urbaniza, aceleradamente y hasta en exceso, lo que más va a ir faltando en el futuro es hombres y mujeres con vocación de campo; Colonización, en su predios, que arrienda en condiciones cómodas a productores pequeños y de carácter familiar, cumple con una función de servir a los sectores productivos, y en estos años, sobre todo, a la lechería”; y “cumple la función social de engendrar hijos e hijas, algunos de los cuales serán futuros trabajadores del campo”.
A partir de esas consideraciones, tras describir aspectos técnicos y vaivenes económicos de la lechería como sector productivo internacionalizado, el exmandatario advirtió que “la lechería tiene una crisis de tierra disponible, y acá juega el INC: el 50% más o menos de la producción lechera del Uruguay trabaja con tierras arrendadas, y hay una parte considerable que es del INC; que por ser manejado por el Estado, cuando vienen los momentos de crisis tiene cierta consideración con el arrendamiento, el interés privado no está para tener esa consideración; pero además, cuando se alquila privadamente, se tiene la competencia de las tierras buenas, que las piden para agricultura y pagan más, entonces tiene una competencia que es difícil; por eso, porque necesita estabilidad y largo plazo, porque un tambo no se hace de un día para el otro, el INC juega a favor de la lechería en la producción en sí” y “generando potenciales nuevos tamberos”.
“No se puede castrar, no se puede aplastar al INC, mangoneándole sus recursos, que son nada para el problema de los asentamientos; estamos dispuestos a discutir y a apoyar las políticas que tengan que ver con los asentamientos, pero por favor, no aplasten la potencialidad del INC; mejórenlo, cuídenlo, refórmenlo, pero no lo maten”, exhortó Mujica.
