Nos gobierna una coalición de derecha con representantes militares y neo-pentecostales anti-derechos, señalan desde colectivo

Alejandra Collette Spinetti durante el acto de lanzamiento de campaña 2019 de Casa Grande en la sede del FA en Montevideo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
Alejandra Collette Spinelli, vocera del colectivo trans del Uruguay. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

Este martes 28 se celebró como cada año el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ y para hablar de la importancia social de esta conmemoración en nuestro país, en Menú Informativo de M24 entrevistamos a la activista Colette Spinelli, vocera del Colectivo Trans del Uruguay. “Las personas trans pagamos mostrarnos tal cual somos en una sociedad hipócrita”, anotó.

Spinelli destacó que cada 28 de junio los integrantes de las diferentes comunidades representadas bajo la sigla LGBTIQ+ “buscamos seguir visibilizando por qué estamos en lucha, por qué seguimos de pie” y así “reclamando” dado que “somos seres humanos y debemos gozar de los derechos humanos como cualquier otra persona; pero en sociedades como las nuestras, sobre todo en estas latinoamericanas, no transversalizadas por el imperialismo, por las religiones, por las filosofías más aberrantes, no todos los seres humanos pueden gozar de todos los derechos humanos”.

“Desde el punto de vista legal Uruguay es un país que va a la vanguardia del reconocimiento de derechos” pero en “la sociedad uruguaya, desde lo cultural y la cotidianidad hay un gran trabajo para hacer, una gran lucha para dar porque vivimos en una sociedad criminalizante, condenadora de todo aquello que se sale de lo esperado, que se sale de las hegemonías”; y en este contexto conservador “las personas trans pagamos el hecho de mostrarnos tal cual somos en una sociedad hipócrita, que se esconde”.

Frente a la violencia social y estatal contra trans y otras personas cuyas existencias no se inscriben en la hetero-normatividad, “lo primero que se debe hacer es una gran reforma del Estado” pero “no únicamente reforma institucional” sino una “donde los temas que el Estado ha reconocido en materia de derechos sean transversalizados obligatoriamente”, reclamó.

Es que “muchas de estas violencias institucionales dependen de la filiación política y religiosa de las personas, (…) en Latinoamérica y el Caribe hay un avance de las religiones unidas a los grupos anti-derechos, religiones anti-derechos unidas a grupos anti-derechos que viene arrasando con todo”.

Señaló como un punto de inflexión el cambio de gobierno en Uruguay en marzo de 2020 porque “absolutamente” introdujo una tendencia negativa en esta dimensión de las relaciones sociales; “solo basta con pensar que en este país, antes del 2005, en que asume el Frente Amplio, la única persona que había reconocido derechos fue José ´Pepe´ Batlle y Ordóñez”, subrayó.

“La derecha, y la coalición de derecha que nos está gobernando, con representantes militares, de las iglesias neo-pentecostales en el gobierno, evidentemente son anti-derechos, y lo demuestran todo el tiempo”, apuntó.

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