El presidente defendió la denuncia por el caso Cardama y dijo que el gobierno actuó para proteger los intereses del Estado. “Uruguay se merece un poco más de respeto a la hora de los contratos”, dijo.
El presidente de la República, Yamandú Orsi, se refirió este martes en rueda de prensa al caso Cardama y a las declaraciones del expresidente Luis Lacalle Pou, quien declaró este lunes que el presidente Orsi “se pasó de rosca” en la decisión de rescindir el contrato con el astillero Cardama y que lo “arrastraron” a una “operación política”.
Al respecto, dijo que le sorprendió “la energía y la virulencia” con la que reaccionaron “no solo el presidente, sino varios actores del gobierno anterior”, ya que, según afirmó, lo único que había señalado la actual administración era que “una empresa había hecho las cosas mal”.
“Me hubiese gustado que saliera más en la defensa del Estado y no tanto en defensa de la empresa”, dijo Orsi, a la vez que señaló que el Lacalle Pou “tiene derecho a pensar lo que quiera”, pero consideró que el gobierno anterior fue “traicionado” o “engañado” por la compañía. “También puedo pensar que a él lo arrastró un amor no correspondido, porque la empresa no se ha portado tan bien con el Estado, como ellos sí de repente se portaron” , agregó.
Además, el mandatario afirmó que con su intervención pública en la conferencia de prensa consideró “que estaba defendiendo incluso lo que habían hecho los anteriores jerarcas de gobierno”. Sin embargo, le “sorprendió” que salieran “de inmediato” a posicionarse “del lado de la empresa”.
El presidente afirmó que el Ejecutivo actuó tras comprobar que “lo que se presentó [como garantía] era falso o aparentemente falso” y que no correspondía “barrer bajo la alfombra” lo sucedido.
Sobre el contrato con Cardama, Orsi precisó que “hoy el contrato existe” y que establece “obligaciones de las partes”. Explicó que el acuerdo contempla “mediación, rescisión o un nuevo contrato” y que el Estado debe analizar los pasos a seguir. En su opinión, el país se encuentra ante “un negocio complicado -por el volumen que tiene- sin garantía”.
El mandatario sostuvo que “alguien fue engañado” y que “en principio” fue el Estado uruguayo, aunque no quiso atribuir responsabilidades concretas. “Yo me paro al lado del Estado”, remarcó, a la vez que indicó que el gobierno no puede continuar el vínculo con la empresa “si no hay garantía de que lo van a hacer”.
Respecto a los pasos a seguir, el presidente aseveró que “Uruguay precisa barcazas”, pero que “el Estado no puede perder plata”. “Y, por supuesto, que quienes se equivocaron, quienes hicieron las cosas mal, asuman la responsabilidad que corresponda. En Uruguay o donde sea”, declaró.
El mandatario sostuvo que el caso no debe verse “en clave política”, sino como una defensa “de los intereses de nuestra gente y de la soberanía nacional”.
“Ojalá podamos encontrar un camino para seguir, pero el Uruguay se merece un poco más de respeto a la hora de los contratos”, manifestó el presidente.