Pablo Caggiani espera que la modalidad de asistencia voluntaria a las escuelas no genere una nueva desigualdad

Pablo Caggiani, maestro, consejero electo del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), manifestó a INFO24, en el marco de una nueva etapa de apertura de los centros educativos en el interior del país, su preocupación ante la nueva desigualdad que pueda provocar la asistencia voluntaria y advirtió que habrá que dotar de mayores recursos para recuperar el tiempo pedagógico.

Desde el 13 de marzo, fecha en la que el gobierno decretó la emergencia sanitaria por la presencia del covid19 en Uruguay, Primaria mantiene 780 escuelas urbanas abiertas en donde se han entregado unos 64 mil almuerzos. A partir del 22 de abril hasta el viernes pasado se abrieron unas 917 escuelas rurales. En tanto, ayer 1º de junio se sumaron unas 403 escuelas que son de Canelones, escuelas de Aprender y de Tiempo Completo y especial del interior del país bajo un protocolo sanitario “bastante complejo para la realidad de una escuela y para la cotidianidad del aula y con detalles que habrá que ir ajustando en alguna escuela concreta, pero en líneas generales con presencia de niños en casi todas las escuelas, con maestras y maestros aplicando protocolos y ganando tiempos de presencialidad”, señaló Caggiani.

En tanto, el consejero del CEIP explicó que habrá que ajustar algunos aspectos que faciliten el desarrollo del sistema educativo en el marco de la pandemia “como ser el transporte colectivo que es una dificultad que venimos teniendo desde la apertura de rurales. Con la frecuencia limitada del transporte colectivo o no llega el niño a la escuela o no llega la maestra”.

Consultado sobre las expectativas de asistencia del estudiantado, Caggiani dijo que será similar a cómo se dio con la apertura de las escuelas rurales, aunque espera que esta modalidad de asistencia voluntaria no genere una nueva desigualdad. “Ya tenemos desigualdad en el aprendizaje, desigualdad en cómo se pasó la cuarentena del covid19, si se abren las escuelas y justo los niños que más necesitan son los que no van, se sigue complejizando la situación de los gurises”.

Consultado por aquello niños que no concurrirán a la escuela, Caggiani respondió que “una de las cuestiones que vino para quedarse es el mix de presencialidad a distancia (…) niñas y niños que no asisten a la escuela o porque son un grupo de riesgo o porque viven con alguien que es de un grupo de riesgo o porque la familia tiene temor, va a implicar trabajo docente”.

“Desde que se cerraron las clases se ha trabajado de una forma fabulosa en la que el 95% de los gurises ha estado vinculado a actividades escolares, pero esto está basado en una vocación profesional, en un montón de cosas que tiene magisterio, pero después si no tenemos un espacio de trabajo que habilite tener horario para eso, se hace muy difícil retomar la presencialidad del aula y sostener las actividades a distancia”, subrayó.

“UNESCO y Unicef han indicado que esta modalidad va a requerir mayor inversión con la perspectiva de mitigar lo desigual y esto que tiene que ver con horas docentes, con cargo docentes, con fortalecer algunos programas que permitan dar mayor tiempo pedagógico singularizado con aquellos niños que están peor en términos de aprendizaje”, añadió finalmente.

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