Padrón: “la gran tragedia de América del Sur no es el incendio” forestal en la Amazonia “sino la primarización de su economía”

En su columna semanal en InterCambio Álvaro Padrón habló del cruce de reclamos, acusaciones y bajezas entre el presidente brasileño, Jair Bolsonaro y su par francés, Emmanuel Macron, en torno a los incendios forestales provocados en la Amazonia y la atribución de responsabilidades.

Padrón fustigó “la hipocresía representada en Macron” como símbolo actual de “ese norte rico” que al menos desde la conquista de Nuestra América y aun antes, “entre otras cosas se hizo rico estropeando el medio ambiente” para saquear recursos naturales y esclavizar fuerza de trabajo.

El pulmón sudamericano de la Tierra “ahora parece ser reivindicado como algo compartido” por parte del mandatario galo, cuando el mismo capitalismo central al que representa y gerencia desdeñó durante centurias aquella condición vital de la Amazonia para el ecosistema planetario.

Entonces “hay una deuda histórica de ese desarrollo” económico y tecnológico de las economías del capitalismo central con nuestra región, que “les permitió” mantener hasta el presente una relación “privilegiada” respecto “del resto del mundo” según el ya clásico esquema “centro-periferia” interpretativo de la explotación y la opresión imperialistas.

Macron pretende dirigir la administración de la Amazonia “sin decir ´somos también responsables de lo que pasó con el planeta´” en el marco de “la división internacional del trabajo” impuesta al resto del mundo por parte de las potencias capitalistas de lo que llamamos ´Occidente´.

“Macron es en este sentido un hipócrita”, enfatizó Padrón, añadiendo que además “es muy fácil reaccionar ante un energúmeno como Bolsonaro”. “El problema que se esconde detrás de ese discurso” netamente colonialista del gobernante francés es que “se tiene que hacer cargo su país” del hecho de que “hicieron lo mismo que ahora critican” al gobierno brasileño. “Ellos se encargaron” de generar “la situación que tiene el planeta”, recalcó.

“¿En qué ámbito dice esto Macron? En el G-7”, es decir en el seno de las potencias “que heredaron la ecuación, la nomenclatura después de la Segunda Guerra Mundial”. Por esto mismo el mandatario galo “habla de Brasil pero no habla de Trump, que se fue del Acuerdo de París” y promueve “el fracking” para extraer hidrocarburos contaminando los suelos y subsuelos en su propio país, reflexionó el analista.

“No perdamos de vista estas cosas, porque si no, nos comemos la pastilla”, advirtió, caracterizando la pretensión de Macron como una “actitud colonial, porque dice ´hay una Guayana Francesa´” limítrofe con Brasil como fundamento para reclamar a Brasilia el control de los incendios.

La de potencias como Francia “es una visión del mundo antidemocrática” y en reivindicaciones como la de Macron hay “una hipocresía (que) escala a niveles increíbles” cuando amenaza con no homologar “el acuerdo Unión Europea-Mercosur” como posible represalia contra el gobierno brasileño.

Padrón explicó que esa amenaza guarda relación directa con la situación política interna de Francia, en la que se inscribe la exposición mediática de Macron, lo que puede verificarse con la respuesta del resto de la Unión Europea encabezada por el gobierno de Alemania. La de Macron es una jugada de “política interna con la excusa de la política exterior”.

“El problema de la Amazonia no es que se esté quemando sino que la están vendiendo” y son “las empresas del norte” que “invierten en soja y ganadería” las que están comprando el pulmón verde de la Humanidad.

“La gran tragedia de América del Sur no es el incendio sino la primarización de su economía” en beneficio directo y a manos de las grandes potencias industriales y tecnológicas, cuyo sistema global de dominio y explotación es el verdadero “responsable del daño ecológico” amazónico y mundial. “Y en eso tiene que ver el acuerdo Unión Europea-Mercosur”, altamente perjudicial para los países de nuestra región, apuntó.

Ese esquema imperialista es viabilizado por gobiernos periféricos como el brasileño, cuyo ministro de Economía, “Paulo Guedes”, teoriza y aplica una política “mucho más neoliberal que la de la dictadura” (1964-1985). Entonces “es un nivel de hipocresía de ambos lados” del sistema global, ya que gobernantes como “Macri, Duque, Bolsonaro” han pasado de la concesiones mineras y agropecuarias a “vender la tierra” de sus países.

Esto, así como la crisis ambiental de la que son parte los incendios forestales provocados, “tiene que ver con un desgobierno” y una correspondiente “mirada pública a nivel planetario”. A las potencias del G-7 “las grandes empresas les marcan” la agenda y los objetivos, por ejemplo “acuerdos como el de la Unión Europea-Mercosur”, cuyos impulso y concreción “necesitan un gobierno global” que controla recursos y países.

Después se refirió a la capitalización política y electoral que “la ultraderecha” está logrando hacer de estos procesos en muchos países occidentales, empezando por los más grandes. “Esto no es un problema solo del sur” sino que es una tendencia que “viene para quedarse en el sentido amplio”, alertó.

A su vez, ese curso precipita a escala global una inexorable y también necesaria “batalla entre el trabajo y la especulación”, batalla que desde el campo laboral y democrático mundial requiere cada vez más rápidamente respuestas internacionales articuladas a nivel social y político.

Por la complejidad de ese contexto y la entidad de las responsabilidades involucradas, “dejar solo en este paquete al perverso de Bolsonaro es inaceptable”. De hecho, agregó el columnista, Bolsonaro está siendo fortalecido por el cruce con Macron y en definitiva, al francés y a los intereses que representa les sirve que Brasil siga gobernado por Bolsonaro.

Como ejemplo de la necesaria respuesta internacional democrática, Padrón mencionó a los “miles de jóvenes protestando frente a la embajada de Brasil” la semana pasada en Uruguay y en muchos otros países.

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