El nuevo esquema de fijación de las tarifas de los combustibles que definió el gobierno toma como referencia el precio de paridad de importación, conocido como PPI, que calcula mensualmente la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea). El precio de paridad de importación es un ejercicio teórico que simula los costos a los que un privado abastecería el mercado.
En junio hubo un aumento en promedio de 12% y luego en julio se ajustó 0,5% las naftas y 0,9% el gasoil. Este lunes, la Ursea publicó su nuevo informe donde recomienda una suba de los precios al público desde agosto, por lo que las naftas subirían 2 pesos por litro y el gasoil 1,35 pesos.
En diálogo con el Menú del Día, Daniel Añón, presidente de la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay (Unvenu) dijo que este nuevo esquema es un cambio complejo para los dueños de los estaciones sin embargo dijo que es un sistema nuevo que se aplica en otras partes del mundo. “Para saber si es bueno o es malo hay que esperar a que empiece a andar, recién van dos meses de esto” manifestó.
Aseguró que siempre que sube el combustible, las estaciones de servicio se ven afectadas por la venta con tarjeta de las estaciones. Indicó que la gente se fue acostumbrando y hoy se está por arriba del 55 y 60 por ciento a nivel país en cuanto al uso de plástico a la hora de pagar, en el caso de Montevideo subrayó que ese porcentaje se eleva a 80 por ciento.
“Cuando suben las naftas, algunos piensan que nosotros tenemos un porcentaje y que ganamos más. Pero no, nosotros tenemos una ganancia fija en pesos” y agregó que ganan menos “porque el arancel que hay de las tarjetas de débito y crédito se cobran del valor del valor del surtidor”.
“Es más plata que nos sacan, y llevamos tres meses que cada vez estamos dándoles más plata a los bancos por el pago de los aranceles, o sea para nosotros, como para el usuario, es perjudicial el tema de que suba el combustible” indicó.
