Políticas sociales sufren proceso de “superpolitización” que golpean a la calidad de los servicios

Sede del Ministerio de Desarrollo Social frente a la Iglesia Templo Metodista de Uruguay en Montevideo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
Sede del Ministerio de Desarrollo Social frente a la Iglesia Templo Metodista de Uruguay en Montevideo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

El exdirector del Mides, Juan Pablo Labat, señaló en su columna quincenal por M24 que los programas de infancia no se expandieron, no hay más visitas a los hogares, faltan recursos para atender a las familias y la Dirección Nacional de Trabajo analiza denuncias por concursos con pautas que incentivan el clientelismo.

Labat subrayó que el proceso permanente de comunicación de eventos por parte del Gobierno, todos mezclados, “exagerados y ya cruzando el umbral de la mentira”, entre noticias que presentan un derrotero del Gobierno (Odebrecht, “volvieron las carteras a los barrios”, el TLC con China).

Mientras, señaló, la miseria, la pobreza, las ollas populares continúan, al igual que los recortes de presupuesto, remarcó.

Por segundo año consecutivo, el presupuesto del Mides sigue bajando. Todo sigue como está, salvo que un poco más deteriorado, sintetizó. La última reestructura asignó mayor cantidad de directores de unidades ejecutoras, sin otras novedades.

En medio, los servicios siguen deteriorándose, como señalan todas las intervenciones sindicales hasta la fecha. Cae la calidad de la atención en violencia de género, problemsa de pago a las organizaciones, faltan recursos de asistencia, no hay subsidios de alquiler para retirar a los hijos y madres víctimas de violencia doméstica.

También faltan equipamientos en las oficinas, sigue la falta de pago a los trabajadores dedicados a la situación de calle. Hasta papel higiénico falta, así como el gas, describió Labat. En los refugios aparecieron ratas, añadió.

El nuevo sistema es igual a más usuarios para cada técnico, decisión que atenta contra la calidad del servicio público. Además, hay concursos denunciados en el Ministerio de Trabajo “truchos o con pautas de ingreso donde el 55% de los créditos corresponde a la entrevista con los directores”.

Todo esto es resultado de la “superpolitización de las políticas sociales”, como definió Labat. Un ministerio con 1.500 funcionarios públicos tiene 150 cargos políticos, 105 pases en comisión, 45 contratos por fuera de la función pública y 10 directores políticos, llamados a técnicos politizados, todo una “barbaridad” y proceso de clientelización que Labat calificó como “terrible”.

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