DÍAS DE SOMBRA

Foto: Miguel Rubio Artiaga

Hay días en que nos levantamos con el pie izquierdo y todo nos sale mal. Otros en lo que nos inunda una rara felicidad, casi injustificada pero que hace parezca que sobrevolamos el suelo. Algunos días somos autómatas que siguen los pasos de otros, sin rostro ni espalda, nos conducen las fuerzas ajenas y eso está bien. Pero hay días que nuestra propia sombra se nos revela. Se distorsiona más de lo normal, como si quisiera desdoblarse para decirnos algo. Es nuestra sombra cansada del anonimato y la indiferencia, que busca ser mirada y teñirlo todo de poca luz. Un golpe de estado a la luz, o a lo que decimos que es nuestra luz. Nos creemos muy claros y transparentes, nos olvidamos de la sombra que llevamos con nosotros todo el tiempo. Solo quienes la aceptan y la miran como parte de la cosa, pueden proyectar su propia luz.

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