Para evitar la inflación el Gobierno de Mauricio Macri creó las “Leliqs” durante la administración de Federico Sturzenegger al frente del Banco Central argentino, que ahora suena como ministro de Economía para desactivar esta misma “bomba” financiera, como llamó el presidente electo Javier Milei. Pero ¿qué son las Leliqs?
“Letras de Liquidez”. Con ese nombre bautizó el Gobierno de Mauricio Macri a un instrumento financiero que solo pueden comprar los bancos, que compran estos papeles, cobran los intereses a muy corto plazo (una semana, por ejemplo) y utilizan estos instrumentos como las garantías para pagar las tasas de los plazos fijos, según explicó Ámbito a inicios de octubre.
El circuito sería de esta forma: un ahorrista pone su dinero en un plazo fijo y, al finalizar el plazo, lo que cobra es parte de los pagos que el Banco Central le ofreció a la entidad bancaria que custodia el plazo fijo a través, justamente, de las “Leliqs”.
Este instrumento fue una creación del entonces titular del Banco Central, Federico Sturzenegger, en 2018. El objetivo era promover el ahorro en pesos argentinos para evitar la compra de dólares y también para romper el calentamiento de la economía por una mayor cantidad de pesos argentinos en el mercado interno (la inflación).
Pero actualmente las Leliqs rondan los 14 billones de pesos argentinos. Al cambio de la nota de Ámbito, en octubre, representaban unos 40 mil millones de dólares. Esto es el doble de la reserva que tiene el Banco Central. Esto presiona al Central en 2 billones de pesos argentinos cada mes más los intereses y es el mantenimiento de esos intereses uno de los asuntos que estimula lo que se denomina comúnmente “la emisión futura” o “la maquinita de imprimir” como se ironiza en los medios argentinos.
Las Leliqs y sus salidas: ninguna es un camino suave
Según el periodista de Página 12, Alfredo Zaiat, en su columna del 8 de octubre, las especulaciones rondan por dos caminos. El primero es la hiperinflación fulminante, de forma que licúe la deuda en pesos. Esto provocará, según describió, la “evaporación del poder adquisitivo de los ahorros”.
Otros, por su lado, piensan en un “Plan Bónex” como el de 1989, la vía que utilizó Carlos Menem en los primeros meses de mandato. Este plan convirtió los plazos fijos superiores a un millón de “australes” en un título de deuda pública a cobrar una década después. Pero Milei descartó esta posibilidad y adelantó que se está armando una solución financiera “vía una solución de mercado” que no altere el derecho a la propiedad.