Del programa de gobierno en materia de políticas sociales, no queda nada. Así lo consideró el columnista de M24, Juan Pablo Labat. Dijo que lo primero que a uno se le viene a la cabeza del ministro Lema "es un tipo peleándose con las ollas populares".
El programa Canasta de Servicios, algunos ítems del Sistema de Cuidado, Uruguay Trabaja, el programa Cercanías, todos programas mencionados por Labat, murieron. Otros quedaron en un CTI, y hay que recordarlo porque hace un año se discutía sobre si esa posición era o no una exageración.
Pero el diagnóstico del sindicato del Mides parece haber sido acertado, porque trajo un "humor" que transversaliza la labor del actual ministerio.
Este gobierno empezó del Mides que se iba a instalar en Casavalle, de una revisión de los sistemas de transferencia monetaria, de ubicarle empleo a la gente, a un ministerio que debe hacer un entierro largo, con un programa de gobierno de políticas sociales que ha fallecido del todo.
El Gobierno ya nse quedó sin justificaciones ni excusas. El asunto de las políticas sociales se ha retirado de la contienda política, reflexionó Labat. Sin innovaciones como las que traía el exministro Pablo Bartol, a la desaparición del ministro Lema de los medios de comunicación.
"Si uno quiere recordar al ministro Lema lo primero que le viene a la cabeza es un tipo peleándose con las ollas populares". Ni anuncios ha presentado. Es cierto que el escándalo Astesiano opacó todo el resto, pero con una reflexión de más largo plazo, la estructura de política social no cambió a pesar de todas las promesas que iba a hacer.
La gran política de transferencias monetarias es prácticamente la misma. Después hay una estructura de programas que se supone atiende nueva agenda, empleo y calle. A esto, añadió que "estamos con las mismas políticas pero con problemas peores", porque el Gobierno quiere lucirse con los asuntos de calle a pesar de los problemas que tiene, y que son crecientes.
Los indicadores de probreza son malos, los de pobreza infantil son peores, el salario real no se recupera, el empleo dejó de ser una esperanza. En suma, podríamos decir que de aquí en más podríamos esperar que el próximo 2 de noviembre le daremos el pésame a políticas, porque no habrá nada para festejar.