El miércoles 19 murió el maestro y pedagogo hispano-uruguayo Miguel Soler, uno de los reformadores de la educación rural en nuestro país, cuya relevancia para el Magisterio nacional evocó en ́Mejor Hablar ́ de M24 el director del Departamento de Educación Rural de la ANEP, Limber Santos.
Santos destacó a Soler como “una figura muy prolífica en la historia de la educación en nuestro país y uno de esos representantes de una pedagogía de mitad de siglo 20 pero que se extendió bien entrado el 21 en torno a varios temas; uno es la educación rural naturalmente” y “su itinerario por Uruguay y luego por América Latina y el mundo giró muy en torno a la educación rural y a la educación vinculada con los pueblos campesinos e indígenas de América Latina; en ese sentido es una referencia pedagógica no solo para nuestro país sino para el mundo, porque en cualquier lugar de América Latina adonde vayamos su figura es reconocida (...) referencia”.
“Pero además”, el jerarca y maestro recordó a Soler “desde lo educativo, su lucha por los Derechos Humanos; recordemos que en torno a su amigo Julio Castro, con quien lo unía la educación rural y todas las claves pedagógicas que se construyeron en Uruguay en torno a lo que yo llamo la pedagogía rural uruguaya -es uno de nuestros desaparecidos, en el año 1977-, hasta que se encontraron sus restos él no dejó de luchar en el mundo, porque lo hizo primero desde su Barcelona natal y luego lo siguió haciendo en Uruguay”; “lideró un movimiento de presión internacional fuerte contra la dictadura uruguaya para que aparecieran los restos del maestro Julio Castro y esa actitud vinculada con la defensa de los Derechos Humanos la trasladó a todos sus escritos y pronunciamientos públicos por el caso Castro y por cualquier otro que se diera en el mundo; siempre nos decía ́nada de lo humano puede resultar ajeno ́ (...) es una actitud de vida que el educador termina transmitiendo en sus clases a sus estudiantes más allá de cuál sea el tema de enseñanza, y esa era una clave bien importante”.
“Y lo tercero” que Santos subrayó de la reconocida dimensión pedagógica de Soler “tiene que ver con lo educativo en relación a lo económico y a lo político; defendía el hecho de la economicidad y la politicidad del hecho educativo y cómo la escuela sola no podía transformar la sociedad, sino que la escuela y la educación necesitaba de otras decisiones del poder político, de otras decisiones vinculadas con la estructura económica, para que pudiese dar realmente resultado; descreía del poder absoluto de la educación y eso es clave porque haciéndolo, realmente ponía a la educación en su justo lugar”; Soler “fue por el mundo con esa idea de que la educación no puede estar actuando en solitario y eso es toda una concepción pedagógica que va mucho más allá de lo rural”, resumió.