En su espacio de reflexiones en M24 el expresidente José Mujica contrastó la bonanza del “Uruguay exportador” con el empobrecimiento del otro “Uruguay con su mercado interno decreciente y enormemente castigado”, por lo que “sería bueno que no nos olvidemos de esta contradicción”.
Mujica señaló “por un lado (...) la combinación, en sus efectos prácticos, de la política de recortes que ha hecho el gobierno, los efectos de la pandemia, la caída del poder adquisitivo de los asalariados y jubilados (...) la crisis derivada de estos factores que ha golpeado en el mercado interno, sobre todo el mundo de las pymes, y muy sobre todo al mundo informal, de ese conjunto de trabajadores que quedaron muy quebrados en cuanto a su poder adquisitivo de la noche a la mañana. Los números indican que hay 100.000 nuevos pobres y esto se nota”. Esta acumulación de consecuencias y perjuicios “se retroalimenta porque el conjunto mayor de medianas y pequeñas empresas que viven del mercado interno están golpeadas, afectadas un poco más, un poco menos; algunas en forma catastrófica, como las ligadas a la actividad turística, la hotelería, a múltiples servicios”.
Es así que “este tono global está envolviendo en parte a la sociedad, pero enfrente, con un signo absolutamente contrario, el Uruguay exportador entró en una coyuntura enormemente positiva, porque en el mundo es evidente que el tractor chino está tirando con una enorme fuerza y está imponiendo una demanda en un conjunto de materias primas que directa o indirectamente hacen fluido el mercado internacional para muchísima cosa” en general “y de la que produce el Uruguay” en particular. “No quiere decir que todo se lo vendamos a China”, precisó el exmandatario, sino que “el tono de los precios a nivel del mundo está siendo positivo”.
Y lo ejemplificó. “Por un lado los granos han tenido una explosión en su precio que no podía ni soñarse (...) la carne tiene un tono alcista, camina bien y todo indica que va a caminar cada vez mejor; los lácteos también han subido; le celulosa tiene un precio de antología y la madera también camina. Quiere decir que el Uruguay exportador, y con él las agroindustrias inevitables que se mueven, como la molinería, los secadores, el transporte, los frigoríficos, realmente están trabajando con un tono positivo y en alza”.
“Esta parte de la economía es la que va tirar sobre la realidad, sus efectos no son palpables hoy todavía, pero están y vendrán; esto es positivo, el panorama no es negro desde ese punto de vista” sino que “por el contrario es altamente positivo si esta tendencia se mantiene” y de hecho “se está comentando por ahí que en el último trimestre la economía china tuvo un crecimiento espectacular, no quiero volcar la cifra porque no la puedo creer, prefiero ser prudente” dado que “es demasiado grande y está incidiendo en el tono del mundo”. “Esto es el acontecer que anuncia como una primavera para los precios de buena parte de nuestras exportaciones”.
Entonces hay “un Uruguay donde la economía agropecuaria empieza a empujar positivamente y un Uruguay con su mercado interno en factor decreciente, enormemente castigado. ¿Cambiará el rumbo? Todos anhelamos que sí, y ojalá que sea así, no somos partidarios de que cuanto más mal, mejor; somos partidarios de que el país salga del pozo porque ninguna cosa es más importante que la suerte de la inmensa mayoría de la gente. Y la que está pagando el precio peor es una faja de gente que ha caído en la pobreza, que tiene dificultades con la vivienda, con el trabajo, que le cuesta cubrir las necesidades básicas, que se está refugiando en la solidaridad y que vive como puede. Cuanto antes se reflote el andar de nuestra economía, más probable es que se mitiguen estas penurias (...) no aceptamos la idea de que todo es un