El diplomático Henry Kissinger falleció a los cien años, dejando atrás una vida asociada a la política exterior de los Estados Unidos en el siglo XX.
Finalizaba su adolescencia y su puesto en una fábrica de brochas de afeitar quedó de lado ante el llamado de la Segunda Guerra Mundial. Era 1943 y a partir de sus conocimientos del idioma alemán fue incorporado a una unidad especial de inteligencia que identificaba nazis fugados por Europa. Allí tejió relaciones para inscribirse en la Universidad de Harvard tras la guerra, y se doctoró en 1954. Lo que siguió fue meteórico.
Porque en la década siguiente se integró con distintos trabajos al Consejo de Seguridad y al Departamento de Estado durante los mandatos de John Kennedy y Lyndon Johnson. Militó por Nelson Rockefeller en su carrera por la alcaldía de Nueva York y de allí pasó al círculo de Richard Nixon. Se convirtió en uno de sus asesores en seguridad nacional.
Ya en el segundo período presidencial de Nixon, y con el Watergate golpeando a la Casa Blanca, en 1973 ocupa la titularidad de la Secretaría de Estado. Y allí condujo directamente la política exterior norteamericana. Firmó el Tratado de Misiles Antibalísticos con la Unión Soviética y, sobre todo, la “diplomacia del ping pong”.
El deporte y Kissinger
Cuando la mesa estrictamente política no tenía mayor margen para avanzar, Kissinger apeló al deporte. Un claro ejemplo fue “la diplomacia del ping pong”, que no nació en los estrados diplomáticos. Durante el mundial de este deporte de 1971, en Japón, el tenista de mesa Glenn Cowan se equivocó de bus. Ante un transporte repleto de chinos, el tricampeón del mundo de la disciplina, Zhuang Zedong, le regaló un bordado de seda. Las fotografías del hecho son históricas porque el gesto inició una corriente de encuentros amistosos, un verdadero “efecto mariposa” que finalizó en el escritorio de Kissinger.
Tres meses después del error, el secretario de Estado tomó un avión desde Islamabad, Pakistán, para reunirse en secreto con el primer ministro chino, Zhou Enlai, en lo que llamó el “operativo Marco Polo”. Meses después, la visita era oficial: Richard Nixon y Mao Zedong cruzaron saludos en 1972. Y el objetivo fue impedir el ascenso soviético sobre Asia. Recuerden la fecha, era un año antes de asumir completamente la secretaría de estado.
Pelé, Beckembauer y Bora Milutinovic
No fue la única vez que utilizó el deporte como arma política. Un desgastado Pelé renunció a la selección brasileña tras la victoriosa Copa del Mundo de 1970. Una llamada fue clave para que el astro del fútbol sudamericano pase del Santos, el tesoro vivo de Brasil, acepte jugar en un equipo semiamateur de Estados Unidos: la llamada de Henry Kissinger al dictador Ernesto Geisel.
Es que en un país casi sin tradición, que llama “soccer” al deporte, Kissinger es fanático del fútbol. La Warner Communications utilizó los contactos con un ex conocido, Nelson Rockefeller, para acelerar la integración del campeonato nacional. Sin Kissinger hubiera sido imposible.
Décadas después, y con la posibilidad de un mundial en Estados Unidos, su asesor personal, el alemán Franz Beckembauer (también exjugador del Cosmos de Nueva York) le recomendó la contratación del técnico Bora Milutinovic para la selección del “soccer”. Perdió contra el Brasil campeón, y Kissinger estaba en las tribunas junto a Pelé, el gran sponsor de esa contienda.
El Plan Cóndor, el premio Nobel y “el horror” de Vietnam
Singular participación de Kissinger en la caída de Salvador Allende, repetimos, antes de ser el secretario del Presidente. Están documentados los contactos entre el entonces asesor y el general Augusto Pinochet, a la postre cabeza del golpe que derrocó al gobierno y que torturó durante décadas a la disidencia chilena.
También en la conformación del Plan Cóndor, la coordinación de las dictaduras sudamericanas para perseguir y capturar a la oposición en esos países. La coordinación continuó durante los gobiernos de Richard Nixon y de su posterior presidente, Gerald Ford.
También recibió el premio Nobel de la Paz en 1973 por poner fin a la intervención estadounidense en Vietnam. Lo hizo junto a su par vietnamita, Le Duc Tho, pero hay una diferencia: Tho renunció al premio. Posteriormente, se descubrió participación en los bombardeos hacia la neutral Camboya y Laos, una forma de profundizar el conflicto.
Les proponemos continuar la lectura con dos artículos del archivo del Portal M24 sobre Henry Kissinger y su rol en el Golpe contra Allende y las elecciones uruguayas de 1971.
Leo Harari analiza los 11 de setiembre de 1973 en Chile y de 2001 en EEUU