El objetivo común es impulsar alternativas habitacionales para una población que crece. “En el mundo somos muchos los viejos. Y seremos más”, afirmó Margarita, una de las integrantes del colectivo.
En el entorno semi rural del Parque Lecocq, integrantes de la cooperativa Carpe Diem presentaron los avances de su iniciativa de viviendas colaborativas para personas mayores, un proyecto que busca ofrecer alternativas de convivencia, cuidado y comunidad para adultos de más de 50 años.
El Desde Adentro, del periodista Diego Martini, para Nada que perder ahondó en este tema. Carpe Diem se define como una cooperativa de cohousing senior. “Nosotros la traducimos en viviendas colaborativas y es para personas de 50 años en adelante”, explicó Rosario una de las integrantes, quien destacó que la propuesta apunta a “planificar estos años que quedan” a las personas mayores y hacerlo en comunidad, con vínculos de cercanía y apoyo mutuo.
Margarita, que se incorporó recientemente al grupo, recordó que el proceso comenzó “hace ya cerca de ocho o nueves años” y que ha sido “un proceso lento, un proceso arduo”. El terreno ya fue adquirido y el colectivo trabaja ahora en “concretar las viviendas”, con la expectativa de instalarse en el predio de 6,8 hectáreas ubicado a 20 minutos del centro de Montevideo.
El proyecto incluye espacios comunes, preservación de áreas naturales y un sistema pensado para sostener la autonomía durante la mayor cantidad de años posible. Entre los objetivos, Rosario subrayó la importancia de que, llegado el momento de necesitar apoyos, puedan permanecer en su entorno.
También buscan reducir la carga que suele recaer en las familias ante decisiones de cuidado. “Nosotros estamos desde ya eligiendo dónde queremos estar, con quiénes queremos estar”, aseguró Margarita.
El predio, que perteneció a la familia Capurro, incluye una casona antigua que el grupo aspira a recuperar como centro cultural y mantener vínculos con organizaciones cercanas. “La idea es que la comunidad participe también de este predio”, coincidieron.
El trabajo de diseño arquitectónico se realizó en modalidad de codiseño junto a profesionales. “Nos llevó un año y medio definirlo”, comentaron, debido a la necesidad de compatibilizar decisiones con la preservación del entorno y con la diversidad de opiniones dentro del grupo.
El financiamiento es uno de los principales desafíos. Margarita explicó que, actualmente, realizan gestiones “en diferentes organismos nacionales e internacionales”, aunque el acceso al crédito se complica, ya que es díficil que personas de su edad accedan a préstamos hipotecarios.
Carpe Diem integra una mesa de viviendas colaborativas junto a otros grupos que exploran modelos similares. El objetivo común es impulsar alternativas habitacionales para una población que crece. “En el mundo somos muchos los viejos. Y seremos más”, afirmó Margarita, quien enfatizó que la iniciativa también apunta a “generar antecedentes para una aplicación alternativa de políticas públicas”.
Se puede mantener contacto con la cooperativa a través de su página web en este enlace.