El director técnico carbonero llevó al cuadro de sus amores a definiciones de la copa de clubes más importante del continente.
Peñarol está a dos partidos de meterse en una nueva final de Copa Libertadores, pero tiene a un rival peligroso y también de Brasil, como es Botafogo.
El camino de Aguirre en esta edición de Libertadores 2024 arrancó mal. Pierde en Rosario contra Central 1-0. Mereció mejor suerte, pero el resultado era el correcto. Luego goleó a Caracas por 5-0, partido donde Maxi Silvera hizo tres goles.
Y al siguiente partido, contra Atlético Mineiro (equipo brasileño que también está en semis y deberá jugar contra River Plate argentino), perdió 3-2 en una contienda que arrancó con goleada para los locales, pero que el Carbonero se repuso y hasta pudo empatarlo.
En la segunda vuelta de su grupo jugó en Venezuela contra Caracas. Gana por la mínima: 1-0. Luego vuelve a ganar, esta vez a Atlético Mineiro por 2-0 y de manera merecida y en su último partido, pese a que el empate le servía para pasar a octavos, vence de local a Central por 2-1.
En octavos se cruza con The Strongest de Bolivia. Juega primero de local y gana 4-0. En la altura de La Paz pierde por 1-0 y pasa a cuartos.
El cruce es con Flamengo. Un rival que no tuvo durante toda la copa, plagado de estrellas: Gabigol, Nicolás De La Cruz, Giorgian Dearrascaeta, Pulgar, Alexandro, Bruno Enrique, Gerson, David Luiz y con un presupuesto que supera ampliamente al de cualquier club uruguayo y de otros países de la región.
En Maracaná Peñarol volvió a ganar 1-0, como hizo en 1982 y como hizo en 2019. Y como hizo cuando salió campeón por cuarta vez dejó eliminado a Flamengo. Esta vez con un empate a cero en el Campeón del Siglo, en un partido donde los brasileños tuvieron la pelota, pero no supieron entrar al arco.
Como en 2011 y nuevamente de la mano de Diego Aguirre, el Mirasol vuelve a soñar con la sexta. Si bien se sacó de encima a un rival poderoso, y está cerca de grandes definiciones, aún no ganó nada y falta mucho.
Enfrente tiene a un rival carioca, que juega bien a pesar de no ser un grande de Brasil.
En su grupo, integrado por Junior de Colombia, Liga de Quito de Ecuador y Universitario de Perú, se ubicó segundo con 10 puntos, con siete goles a favor y seis en contra. Ganó tres partidos, empató uno y perdió dos.
En octavos eliminó a Palmeiras y en cuartos dejó por el camino a San Pablo, dos grandes de América. No perdió en los últimos cuatro partidos de esta copa.
Antecedentes entre Peñarol y Botafogo
Jugaron por Libertadores en dos ocasiones. Fue en 1973. El Carbonero empató de local 1-1 y en la visita perdió 4-1. Aquella fue una Libertadores espantosa para el Mirasol que integró grupo con Palmeiras y Nacional y no ganó un solo partido, quedando último. En aquella edición levantaba la copa el Independiente de Ricardo Pavoni, tras ganar la final en Montevideo a Colo-Colo de Chile por 2-1.
En 1993 Peñarol y Botagofo vuelven a cruzarse pero en la Copa Conmebol, y en la final. Peñarol había empatado 1-1 de local y en su visita empata también 2-2, van a penales y el club brasileño se convierte en el campeón del torneo.
En aquella oportunidad la Copa Conmebol, iniciada en 1992, reunía menos equipos que la Libertadores y era considerada como la Copa UEFA de entonces. Se jugó hasta 1999.
¡Peñarol a semifinales!: el Manya elimina a Flamengo por Copa Libertadores