Desinversión, desconfianza e incapacidad de gestión aumentaron déficit de vivienda en este gobierno, criticó exjerarca

Irene Moreira durante la conferencia de prensa en la sede del ministerio de vivienda en la Ciudad Vieja de Montevideo. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS

En política de vivienda hubo un “conjunto de factores” por los que “prácticamente en la primera mitad del periodo de gobierno lo único que se pudiera mostrar es el arrastre” de proyectos y programas “que venían del periodo anterior”, cuestionó el exdirector Nacional del rubro, Salvador Schelotto, en INFO 24. 

Schelotto señaló que en el área de las políticas de vivienda “este periodo fue afectado por tres factores” y “ninguno tiene que ver con elementos naturales o pandemia; el primero fue un decreto del Poder Ejecutivo que se dictó en los primeros días, aun antes de conocerse la pandemia (…), que abatió los créditos de todo el Estado en un 15%, lo que llamamos la ‘línea de base’”, graficó.

Recordó que por el decreto 90/020, “si teníamos 100 pesos para invertir en determinados programas prioritarios, al día siguiente había 85, esto fue en los primeros días de marzo de 2020; pero este recorte (…) se confirmó y se agravó en el Presupuesto Quinquenal; o sea que ya de partida, la inversión pública está por debajo de lo que se había ido ganando con un esfuerzo sostenido”.

El exjerarca agregó “dos factores más que incidieron” y que están ligados a “responsabilidad de gestión”, como el de “desconfianza y falta de continuidad de los programas: en los primeros meses (…) ‘se pararon las máquinas’, en gran parte del 2020 todo el sistema público de vivienda tuvo que sufrir una detención de los programas porque se estaba buscando irregularidades” anteriores.

“Esto implicó que no se hiciera una cantidad de procedimientos que le daban continuidad a lo que se vino realizando desde tiempo atrás; se revisó todo y no se encontró absolutamente nada”, zanjó.

Luego, “un tercer factor que termina redondeando este panorama bastante carenciado es la inexperiencia en la gestión; es decir, gran parte de los procedimientos no se continuaron, no tanto por sospecha, no por desconfianza sino por incapacidad de darles continuidad a procesos virtuosos de inversión que se venían realizando; el caso más claro fue el cooperativismo de vivienda”.

Explicó que había “licitaciones que ya estaban adjudicadas pero que luego no se firmaban los contratos para hacer las obras, hubo obras que demoraron dos, tres años en iniciarse, las había adjudicado Tabaré Vázquez, por ejemplo; o convenios con intendencias departamentales (…) que también esperaron dos años, dos y medio para retomar su proceso de inversión”, criticó.

Así el exdirector de Vivienda detalló el “conjunto de factores que coincidieron” determinando que “prácticamente en la primera mitad del periodo de gobierno lo único que se pudiera mostrar es el arrastre de cuestiones que venían del periodo anterior”, apuntó.

En esta administración se pararon las máquinas, afirmó el arquitecto Salvador Schelotto

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