En Mejor saber, informe “Otra manera de concebir: ¿cuáles son las opciones de fertilización asistida en nuestro país?”

*Informe de Alejandra Couto

En el mundo una de cada seis parejas presenta dificultades para concebir y solamente un 6% recibe el tratamiento adecuado. La infertilidad es un tema bastante más común de lo que pensamos y en realidad poco se habla de las opciones que existen cuando no se puede tener hijos de manera tradicional y se precisa ayuda para concebir.

Uruguay es un país que cuenta con un desarrollo temprano de políticas y programas en salud sexual y reproductiva en el contexto de la región. Sin embargo, y a pesar de que existe una ley de reproducción asistida, aprobada en el año 2013, algunos aspectos siguen siendo asuntos que no se mencionan, que no se comparten, de los que poco se sabe. Esto es lo que dijo la diputada integrante de la Comisión de salud, Cristina Lustemberg, sobre esta ley de reproducción asistida, la Ley 19.167:

“Fue votada el 22 de noviembre del 2013 en nuestro país y fue en la sesión del 9 de octubre de ese año con el apoyo de todos los partidos políticos con representación parlamentaria. La primera iniciativa fue presentada en el año 1996 por el ex senador, doctor Alberto Cid. Esta ley realmente introdujo muchos cambios en el Uruguay. Algunas de las cosas ya se estaban realizando desde hace varios años, como técnicas de baja complejidad en los prestadores de salud, en algunas clínicas privadas, o sea, bajo el costo de cada persona, las técnicas de alta complejidad pero no están comprendidas en el plan integral de atención a la salud. Eran muy diferentes según la clínica y las parejas debían pagar el 100% de la atención de sus bolsillos y ni hablemos de la discriminación que se producía para las parejas de bajos recursos que no podían acceder a un tratamiento de alta complejidad de ninguna forma. Entonces esta ley lo que hizo fue regular todas las técnicas de reproducción humana asistida, el decreto reglamentado las incluyó en el PIAS y el decreto 311 del año 2014 reguló los procedimientos de baja complejidad y los inclyó en el PIAS a cargo de los prestadores”.

La infertilidad es un tema del que hoy se habla más abiertamente que hace unos cuantos años atrás, cuando era un verdadero tabú. Sin embargo, aún falta avanzar para hablar de este tema más abiertamente, para que circule la información sobre las metodologías que existen de reproducción asistida.

En Uruguay, la fundación Dar a Luz ayuda a quienes buscan sin éxito un hijo; una de las funciones que realizan desde allí es informar sobre los posibles tratamientos.

El tema de los copagos, el costo, es así: si la pareja gana menos de 48 mil 700 pesos mensuales el tratamiento es sin costo, esto va subiendo dependiendo del ingreso de la pareja, si el ingreso es entre ese monto y 97.400 pesos paga un 25% del tratamiento, hasta 165 mil pesos de ingresos paga un 50 % y así sucesivamente se va incrementando el costo, lo mínimo que subvenciona el Fondo Nacional de Recursos es un 15%.

El 17 de agosto del 2020, mediante Decreto del Poder Ejecutivo se modificó la accesibilidad a las técnicas de Reproducción Humana Asistida, eliminado el incremento de los copagos según número de intentos; antes se encarecía a medida que se intentaba, ahora el precio es siempre el mismo, en los tres intentos posibles.

Pero volviendo a la fundación, ésta también realiza un acompañamiento en el momento de asumir la infertilidad y también durante los tratamientos. La fundación está integrada por un equipo de profesionales que, de alguna manera, la vida los llevó a vincularse con el tema de la infertilidad. Muchos vivieron sus propias dificultades en reproducción y entienden lo importante que es estar acompañados para sobrellevar la situación de la mejor manera posible.

“Tenemos dos pilares, uno es dar información y asesoramiento, el otro es brindar apoyo y contención en el camino. Informar a la población acerca de los tratamientos de reproducción asistida, de las clínicas que existen, como moverse, a veces pensamos sólo en Montevideo, y hay mucha gente que viene del interior y no tiene idea de como arrancar el tratamiento. El otro pilar es dar contención emocional, estos tratamientos en general llevan mucho tiempo, son tratamientos que emocionalmente mueven muchísimo a la pareja, a cada uno de los miembros de la pareja, o a las mujeres solas. Nosotros damos contención, apoyo, hacemos jornadas donde llevamos testimonios de parejas que han pasado por tratamientos de reproducción asistida, llevamos profesionales que dan información y contestan las dudas que tengan los pacientes”, dijo Rodríguez.

Si les parece interioricémonos en los tratamientos; los de baja complejidad se hacen en la mutualista o en ASSE, donde la mujer tenga cobertura, es indiferente, y lo de alta complejidad la persona puede elegir en qué clínica se lo quiere hacer, le dan a elegir dentro de una lista de clínicas autorizadas por el Ministerio de Salud, y se puede cambiar de clínica si entienden que no les gusta la atención, por ejemplo.

Pero qué son exactamente estos tratamientos, ¿en qué consisten? La doctora Lucía Abulafia, ginecóloga especialista en medicina reproductiva, expresó, en primer lugar, de qué se tratan los de baja complejidad.

“Se entiende como aquellos tratamientos o técnicas en las cuales la concepción ocurre en el aparato genital femenino, el espermatozoide y el óvulo se encuentran en las trompas de Falopio de la mujer. Para poder acceder a estos tratamientos o ser indicados, tienen que darse tres condiciones básicas: tener espermatozoides, tener óvulo y ovulación correcta, y que las trompas estén permeables. Hay dos grupos de tratamientos de baja complejidad: las relaciones sexuales programadas, en el caso de las parejas heterosexuales, y la inseminación artificial, ya sea con semen de la pareja o con semen de donante. Esos son los dos grupos de tratamiento de baja complejidad.

Son técnicas que son más económicas, pero también menos eficientes. Son muy similares, en la efectividad, a lo que es la fecundidad natural de la especie humana en condiciones normales, que, aunque suene raro, se hace mucho hincapié en lo que es la anticoncepción, pero en realidad no es tan sencillo embarazarse. La especie humana para lograr el embarazo por ciclo, se embaraza del 18% al 24% de las parejas. Los tratamientos de baja complejidad tienen la misma eficiencia, porque si partimos de la base de que, si una pareja o persona está recurriendo a este tratamiento, está por debajo de ese estándar, entonces es aproximarlo a lo que sería el estándar normal”.

En tanto, a las técnicas de alta complejidad se recurre por diferentes motivos: porque las de baja complejidad no dieron resultado, por falta de óvulos o espermatozoides de la pareja o porque las trompas de Falopio no están permeables.

“A diferencia de lo que es la baja complejidad, la alta complejidad, el encuentro entre el espermatozoide y el óvulo ocurre en el laboratorio de in vitro. Por eso se llaman tratamientos de alta complejidad, porque es un equipo multidisciplinario el que participa en los tratamientos. Tenemos toda la parte de conducción clínica, que hacemos los ginecólogos, clínicos, expertos en medicina reproductiva, y también está todo el equipo de los especialistas en la parte de embriología que son los que están ahí con los óvulos y espermatozoides, formando los embrioncitos y cuidándolos, mientras están en el laboratorio, para que después nosotros vayamos nuevamente a ponerlos en el útero materno. Lo que se hace el tratamiento de alta complejidad, la gran mayoría de los casos, es estimular con medicación a la mujer, y cuando los ovarios están prontos, se coordina lo que es la aspiración folicular. Es decir, recuperar esos óvulos de los ovarios mediante un procedimiento quirúrgico muy sencillo, por vía transvaginal, que es un procedimiento corto y de muy bajo riesgo. Se recuperan esos óvulos y se llevan al laboratorio in vitro. Ahí se ponen a fecundar junto con los espermatozoides, y luego de cinco días, cuando esos embriones están en estadio de blastocisto, que se llama ese momento, es el momento ideal para ponerlo de vuelta en el útero materno”, explicó Abulafia.

 

Asimismo, hay otra técnica que es el útero subrogado, que es para aquellas mujeres que tienen imposibilidad de llevar adelante la gestación, entonces la ley uruguaya establece que la hermana o la cuñada podrían llevar adelante este embarazo, o sea solo hermanas que tengan un vínculo sanguíneo con algunas de las partes de la pareja. El tema está en que quedan fuera aquellas parejas que no tengan hermanas mujeres que quieran prestar su vientre y las compuestas por dos hombres.

No obstante, según la especialista en medicina reproductiva somos líderes en la región en cuanto a reproducción asistida, y acá surge la pregunta de por qué entonces muchas parejas recurren a realizarse tratamientos en el exterior.

Como ha circulado estos últimos días una de las preocupaciones de esta administración es el bajo índice de natalidad, de hecho se están discutiendo en el Parlamento alguno proyectos y bocetos que tienen con que ver con derechos para los padres una vez que deciden tener hijos, como ser licencias por paternidad más extensas, por ejemplo; de todas maneras estas modificaciones son cuestionadas por algunos actores, en ese sentido la Facultad de Ciencias Sociales indica que allí no está el problema,  que el hecho de tener más derechos de este tipo no va a modificar las ganas de ser padres o no.

Lo cierto es que muchos padres que sí quieren concebir no pueden hacerlo y la ley de Reproducción Asistida aprobada durante el Gobierno de José Mujica ha sido de gran ayuda para muchas familias.

Según el reporte de resultados del Fondo Nacional de Recursos, realizado este año, un 84,7% de las solicitudes de Reproducción Asistida se da en prestadores privados y un 15,3 en ASSE, esto a pesar de ser un derecho que no discrimina entre uno y otro.

En tanto, hasta diciembre de 2019 un total de 3.264 mujeres hicieron uso de las prestaciones financiadas por el Fondo Nacional de Recursos de técnicas de Reproducción Humana Asistida de alta complejidad, atribuyéndose a marzo de 2019 como resultado un total de 1.008 Nacidos Vivos producto de las técnicas financiadas.

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